MONTERREY, México.- Una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegará a Argentina a comienzos de abril, para seguir avanzando en la construcción de un paquete que incluya específicamente fondos para financiar exportaciones y programas de ayuda social, dijo este viernes Eduardo Amadeo, portavoz del Presidente argentino, Eduardo Duhalde.
Duhalde, quien viajó a Monterrey para asistir a la cumbre mundial antipobreza, se reunió este viernes durante una hora y media con el director gerente del FMI, Horst Koehler, y al término del encuentro el Presidente argentino dijo con una sonrisa que "todo (va) muy bien".
Pero en Buenos Aires el peso argentino vivió un verdadero viernes negro, al cerrar cotizado a un récord de 3,08 por dólar. La devaluación de la moneda argentina alcanzó así 68% desde el 6 de enero, fecha del abandono de la convertibilidad, la paridad entre el dólar y el peso que estaba vigente desde 1991.
Duhalde, interrogado en Monterrey por la AFP acerca de si la escalada se debía a desconfianza, especulación o maniobras para desestabilizar el Gobierno, respondió simplemente "no lo sé. No puedo decir qué pasó. Estoy lejos y no tengo información suficiente".
En la prolongada reunión entre Duhalde y Koehler, el director del FMI, relató Amadeo, estuvo de acuerdo con la posición argentina en cuanto a que cualquier tipo de ayuda que ese país reciba debe incluir fondos para la reactivación económica a través de la prefinanciación de exportaciones, además de otros destinados a programas de tipo social.
Pero, ante las críticas que Buenos Aires ha recibido luego que desde noviembre de 2000 recibiera más de 60.000 millones de dólares que se esfumaron, Duhalde le reiteró a Koehler que Argentina no utilizará fondos recibidos con fines de reactivación o ayuda social para cubrir pagos de la deuda externa, informó el portavoz.
"Estamos en el inicio de una segunda fase" en la negociación, agregó Amadeo, quien insistió en que no hay negociaciones aún sobre plazos o montos, sino que "estamos avanzando en la construcción de un programa que termine con la inestabilidad" y permita obtener "recursos para solucionar los problemas sociales y económicos de Argentina".
Durante el encuentro entre Duhalde y Koehler, el Presidente argentino reconoció que uno de los problemas de su país es que "a Argentina no se le cree nada", pero agregó que "seguimos trabajando en reconstruir la credibilidad", relató el portavoz del Jefe de Estado sudamericano.
El Presidente argentino y Koehler "pasaron revista a todos los temas. Ambos han instruido a sus colegas para que continúen trabajando. Se prevé que el FMI enviará una misión de negociación a Buenos Aires a principios de abril", señaló un comunicado emitido por el Gobierno argentino luego del encuentro.
Por el lado argentino participaron en la reunión, además, los ministros de Economía, Jorge Remes Lenicov, y de Relaciones Exteriores, Carlos Ruckauf, mientras que a Koehler lo acompañaron Anoop Singh (quien encabezó la última misión del Fondo a Buenos Aires) y Thomas Dawson, director de relaciones exteriores del organismo.
Por la mañana Duhalde estuvo reunido durante más de media hora con el Presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn. Al término de ese otro encuentro, el canciller Carlos Ruckauf había manifestado su esperanza en relación a una solución a las necesidades de financiamiento de Argentina.
El país sudamericano necesita un urgente auxilio financiero internacional, pero el FMI le pide a cambio una serie de reformas estructurales para que estos flujos sean liberados.
Argentina atraviesa su mes 45 de recesión, con 22% de desempleo y un aumento alarmante de la pobreza que alcanza a casi la mitad de la población.
El jueves, en el plenario de la cumbre, Duhalde dijo que "no venimos a pedir compasión sino un nuevo contexto global. El mundo (...) necesita una nueva arquitectura de desarrollo, y éste no será posible si las grandes economías no reducen el proteccionismo en todas sus formas y eliminan sus efectos distorsivos".
También el jueves Koehler había dicho en conferencia de prensa y al ser interrogado sobre la situación del país sudamericano que "no hay nadie en Argentina o en el FMI que piense que existe un remedio milagroso para salir de la crisis (...) la responsabilidad primera para definir un desenlace incumbe a Argentina".