FRANKFURT.- No hubo sorpresas en la política monetaria europea. Como estaba previsto, el Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener las tasas de interés en el 2%, mientras que el de Inglaterra redujo el precio del dinero un cuarto de punto porcentual, hasta el 4,5%.
El BCE ha mantenido sin cambios los tipos en el 2% desde junio de 2003. Las presiones recibidas en las últimas semanas por parte de países como Alemania, Francia o Italia, cuyas economías mantienen un crecimiento débil, se han atenuado después de las mejoras en el mes de julio de los indicadores de manufactura y servicios de la zona euro.
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