WOLFSBURG.- El escándalo de corrupción y sexo que sacudió al gigante automotor alemán Volkswagen en 2005 volvió a los tribunales alemanes al abrirse hoy un juicio por complicidad en malversación de fondos a la amante brasileña del ex presidente de comité de empresa.
Adriana Barros, de 47 años, es acusada de haberse embolsado cerca de 250.000 euros de Volkswagen mediante facturas ficticias y sin contraprestación alguna. Asimismo se le imputa haber pagado vuelos, estadías en hoteles y cursos de idioma con dinero de la empresa, un monto calculado en unos 100.000 euros.
Barros era amante de Klaus Volkert, ex presidente del comité de empresa de VW, el poderoso órgano de representación de trabajadores y empleados, condenado a una pena de cárcel por haber utilizado fondos de la automotriz para el pago de prostitutas y viajes de placer.
Volkert recibió unos dos millones de euros oficialmente del Departamento de Recursos Humanos de VW, cuyo titular en aquel entonces, Peter Hartz, también fue condenado a una pena de prisión en suspenso y el pago de más de medio millón de euros (US$ 730.000).
Hartz reconoció en su momento que autorizó el pago de bonificaciones extraordinarias a Volkert para condicionar las decisiones del comité de empresa.
Durante los procesos salió a la luz una estrecha red de bonificaciones y prestaciones especiales de la patronal de VW para los representantes del comité de empresa, que incluía el pago de primas especiales, prostitutas, fiestas eróticas, viajes y otros placeres.
Tanto el presidente del consejo de vigilancia de Volkswagen, Ferdinand Piech, como los otros ejecutivos del mayor constructor de automóviles en Europa afirmaron en el juicio desconocer el trato especial de la directiva para el consejo de delegados.