MADRID.- La economía española se contrajo entre julio y septiembre el 0,3 % respecto al trimestre anterior, según confirmó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El retroceso es una décima menos que en el trimestre precedente, al moderarse la caída del consumo privado, ya que se adelantaron compras por la prevista alza del IVA.
Los datos de hoy confirman la cifra de contracción adelantada por el INE hace dos semanas, el 0,3% respecto al trimestre precedente y el 1,6 % en comparación con el mismo periodo de 2011.
También contribuyó a la suavización del descenso la recuperación de la inversión empresarial del 0,6 %; la moderación de la caída de la inversión en construcción, que decreció el 2,8 %; y la mejora de las exportaciones, que aumentaron el 4,8 %.
De acuerdo con los datos publicados hoy la demanda interna tuvo una aportación más negativa al PIB interanual, al pasar de 3,8 a 4 puntos, en tanto que la demanda exterior ha mantenido su contribución positiva de 2,4 puntos.
Eso explica que la caída interanual de la economía haya aumentado del 1,3 al 1,6%.
No obstante, en términos trimestrales mejoró una décima gracias a que los hogares han anticipado algunas compras antes de la subida del IVA el 1 de septiembre, lo que ha provocado que el consumo caiga el 0,5 % frente al 1 % del trimestre anterior.
Por el contrario, el ritmo de caída del gasto de las administraciones públicas se ha multiplicado por cuatro, al pasar del 0,6 al 2,4%, como consecuencia de las medidas de ajustes tomadas para corregir el déficit público.
Junto con el consumo -privado y público-, la otra componente de la demanda interna, la inversión, ha moderado también a la mitad su decrecimiento trimestral, que ha pasado del 3 al 1,4%.
El repunte de la inversión empresarial es una de las razones que ha llevado a que aumenten las importaciones un 2,4%, cuando un trimestre antes estaban disminuyendo.
Por sus parte, las exportaciones de bienes y servicios han mostrado un avance significativo, ya que ha multiplicado casi por tres su ritmo de crecimiento, que pasó de 1,7 al 4,8%.
El dinamismo de la demanda exterior es fruto de un mayor flujo de bienes a los países que no pertenecen a la Unión Europea, pero sobre todo del aumento del turismo durante los meses de verano.
El empleo ha descendido a un ritmo interanual del 4,6 %, una décima más, lo que supone una reducción neta de casi 789.000 puestos de trabajo a tiempo completo en un año.