BRUSELAS.- El rescate a Chipre y las renovadas dudas que ha generado sobre la capacidad de la eurozona para salir de la crisis centrarán la reunión informal que los ministros europeos de Economía y Finanzas celebrarán los próximos 12 y 13 de abril en Dublín.
Fuentes de la presidencia irlandesa de turno indicaron hoy que el Ecofin, que reúne a los ministros de Economía de toda la Unión Europea (UE) y que se celebrará inmediatamente después del Eurogrupo de los Diecisiete, revisará los pasos dados y aún por dar hacia la unión bancaria.
También abordarán las ideas presentadas por la Comisión Europea (CE) para garantizar la financiación a largo plazo de la economía comunitaria, agregaron las fuentes.
Al tratarse de una reunión informal no habrá acuerdos, pero sí se espera que en el Eurogrupo los ministros de Finanzas de los diecisiete países que comparten el euro validen los términos y las condiciones del rescate de hasta 10.000 millones de euros cerrado entre la troika -la CE, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- y Chipre, indicó el propio Ejecutivo comunitario.
También seguirán trabajando en la recapitalización directa de la banca a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y, dependiendo de los avances que se haga a nivel técnico durante los próximos días, podrían tomar una decisión definitiva sobre el alargamiento de los plazos de devolución de los préstamos concedidos a Irlanda y Portugal, de acuerdo con las fuentes.
Ahora, tras la decisión del Constitucional luso de invalidar tres artículos de los presupuestos del Estado de 2013, que suponían ahorros de más de mil millones de euros, con los que cumplir las exigencias del rescate financiero del país, se ha abierto otro foco de preocupación de cara a la reunión de Dublín.
La revisión por la troika del cumplimiento de los compromisos asumidos por Grecia, obligatorio para que reciba el tramo de 2.800 millones de euros correspondiente a marzo, será otro de los asuntos a tratar en esa cita, a la que asistirá por primera vez el nuevo ministro de Finanzas chipriota, Jaris Yeoryiadis.
La idea es que el Eurogrupo apruebe a nivel político las condiciones que Chipre ha cerrado con la troika en un memorando de entendimiento para su rescate con el fin de concluir el proceso de validación en los parlamentos nacionales antes de finales de mes y poder desembolsar el primer tramo durante mayo.
El FMI, que contribuirá con 1.000 millones de euros al rescate, prevé aprobar su aportación a principios del próximo mes.
El Eurogrupo podría servir además para zanjar internamente la polémica en torno al rescate de Chipre, generada por la inclusión en un primer momento de los depositantes de menos de 100.000 euros y después por unas declaraciones consideradas desafortunadas por parte del presidente de este foro, Jeroen Dijsselbloem.
El también ministro de Finanzas de Holanda sugirió tras el acuerdo alcanzado en el Eurogrupo el pasado 25 de marzo que el programa de Chipre -en el que asumirán pérdidas los depositantes con más de 100.000 euros, accionistas y tenedores de deuda júnior y sénior- podría servir de modelo para futuros rescates.
Dijo asimismo que el objetivo de la eurozona debería ser "no tener que utilizar nunca la recapitalización directa".
El hecho de que por primera vez se quisiera tocar los depósitos garantizados por la propia normativa europea y las declaraciones de Dijsselbloem crearon más dudas acerca de la capacidad de la eurozona de salir de la crisis sin provocar nuevos focos de inestabilidad e incertidumbre cada vez que lo intenta.
El presidente del BCE, Mario Draghi, calificó el jueves de poco inteligente haber pretendido inicialmente perjudicar a los pequeños ahorradores y aseguró que Chipre "no es un modelo" para futuros rescates porque cada caso es distinto.
Para evitar futuras polémicas, Draghi, así como algunos países miembros, abogan por adelantar a 2015 (y no esperar hasta 2018) la entrada en vigor de la parte de la futura legislación europea de reestructuración y resolución de bancos referida al rescate interno, que prevé quitas con una "jerarquía" preestablecida, para que haya claridad sobre la participación de los acreedores.