MADRID.- La empresa de energía y medioambiente Abengoa se plantea buscar nuevos socios con los que articular acuerdos de financiación para sus proyectos de infraestructuras, en caso de que las iniciativas puestas en marcha hasta ahora sean insuficientes.
En una entrevista con Efe, el consejero delegado de Abengoa, Manuel Sánchez Ortega, señala que al menos "una docena de fondos de inversión" se ha puesto en contacto con ellos en las últimas semanas con la intención de llegar a acuerdos similares al alcanzado con EIG.
Abengoa y el fondo de inversión EIG llegaron a un acuerdo el pasado año por el que crearán, previsiblemente antes de finales de marzo, la sociedad Abengoa Projects Warehouse 1 (APW1), dedicada a financiar nuevos proyectos del grupo español.
Ante la posibilidad de que APW1, donde Abengoa tiene una participación del 45%, deje de estar interesada en financiar algunos proyectos de la matriz, Sánchez Ortega plantea "hacer otro APW", es decir, "no descartamos que eventualmente pudiera haber un APW2" junto a "un socio nuevo o un conjunto de socios nuevos".
De hecho, estas potenciales APW adicionales son una de las medidas que baraja para continuar mejorando la posición financiera del grupo, a pesar de que Sánchez Ortega se muestra "encantado" con el endeudamiento actual -prevé una deuda neta corporativa de 2.350 millones al cierre de 2014-.
Otra iniciativa en este sentido sería que la deuda clasificada como sin recurso en proceso -destinada a servir como puente de financiación- pase de estar garantizada por Abengoa a estarlo por APW1, con lo que desaparecería del balance de la matriz.
"Eso nos tiene que ir acercando a nuestro objetivo de incrementar el rating de Abengoa hasta 'BB', que es donde debemos de estar", añade, aunque para efectuar este traspaso es necesario que la filial tenga un cierto recorrido para "que bancos financiadores e inversores empiecen a sentirse cómodos con la garantía dada por APW".
Precisamente la clasificación de esta deuda sin recurso en proceso fue la que desató una serie de dudas sobre las cuentas de Abengoa a finales del pasado año, lo que hundió su cotización y obligó a la compañía a multiplicar la información ofrecida al mercado.
Este conflicto está superado en su mayor parte, asegura el consejero delegado, aunque reconoce que no todo está resuelto: "Las agencias de crédito están cada vez más cómodas con Abengoa, el sector financiero está cómodo (...) pero en los mercados de capitales tenemos que seguir haciendo algo de esfuerzo".
El otro eje del nuevo esquema financiero de Abengoa es su filial cotizada en los Estados Unidos Abengoa Yield, que adquiere a la matriz -y en el futuro, a APW1- los activos una vez terminados para encargarse de su gestión.
La participación de Abengoa en su filial, que actualmente es del 51%, se reducirá en los próximos meses a una horquilla de entre el 40% y el 49%, una posición que están "comprometidos a seguir manteniendo" a medio plazo.
Negocios futuros de la empresa energetica
Sánchez Ortega resta importancia a esta pérdida de la mayoría, ya que "el compromiso de Abengoa es seguir ofertando los activos a Abengoa Yield" de manera prioritaria y si esta "no los compra, nosotros podremos ofrecérselos a un tercero".
Así, Abengoa Yield acaba de adquirir un segundo paquete de activos por valor de US$ 141,57 millones y ya negocia un tercero, de entre US$ 200 millones y US$ 250 millones, que podría cerrarse "antes de junio".
En materia de negocio, Sánchez Ortega calcula que España supondrá este año entre un 10% y un 12% de las ventas de Abengoa, al mismo tiempo que apunta a América como el objetivo de los mayores desarrollos: Estados Unidos, México, Chile, Perú y Uruguay.
En cuanto a la reforma eléctrica española, que ha recortado la retribución de las renovables, Sánchez Ortega subraya que "ha pasado el tsunami y ya no hay agua, ya no se ahoga uno", lo que ofrece "una estabilidad" regulatoria que espera que "sea el escenario durante muchos años".
Ante un posible cambio político tras las elecciones, se muestra tranquilo y confía en que "España tiene la madurez tanto política como económica para no desaprovechar algo que nos ha costado a los españoles muchísimo esfuerzo, que es hacer un ajuste de la productividad del país".