BEIJING.- Las empresas estadounidenses perciben cada vez más dificultades para hacer negocios en China, aunque la segunda economía del mundo sigue siendo uno de los destinos prioritarios para sus operaciones, según una encuesta publicada hoy.
El sondeo, realizado desde hace 17 años por la Cámara de Comercio de Estados Unidos en China y en esta edición con la asistencia de la consultora Bain, mostró que la falta de claridad de las regulaciones y los altos costos laborales son las mayores preocupaciones para las compañías foráneas en el gigante asiático.
Los resultados de esta encuesta -entre más de 500 ejecutivos- se dan a conocer un día después de la sanción récord de 975 millones de dólares (859 millones de euros) impuesta por las autoridades chinas al fabricante estadounidense de chips Qualcomm por infringir la ley antimoniopolio.
La mitad de los encuestados por la Cámara de Comercio estadounidense en el país asiático asegura sentirse menos bienvenido en China y un tercio considera que los procesos para conseguir las aprobaciones administrativas se están haciendo más difíciles.
El proteccionismo se ha convertido en una de las cinco principales preocupaciones de los ejecutivos sondeados, algo que no sucedía desde 2005.
Asimismo, casi el 80 % está preocupado por la falta de respeto a la propiedad intelectual y dos tercios ve en la potencia asiática más riesgos de filtraciones de estos derechos que en otros países, pero el 85 % cree que el Gobierno chino ha mejorado la protección en esta materia.
Otra de las grandes preocupaciones es el aumento del coste de la mano de obra y alrededor de la cuarta parte de los encuestados por la Cámara estadounidense que trabajan en el sector industrial han desplazado o planean hacerlo una parte de sus inversiones fuera de China por esa razón.
Sin embargo, más del 70% encuestados define su compañía como "rentable" o "muy rentable" y tres de cada cinco registró en 2014 mayores beneficios que en 2013, mientras que dos de cada cinco, unas ganancias comparables.