Revelan intento de Caval de asociarse con jeque árabe para importar petróleo

SANTIAGO.- Además de la polémica compra de terrenos en Machalí, Caval –la sociedad de la nuera de la Presidenta Michelle Bachelet, Natalia Compagnon– también incursionó en otra rentable área: la importación de petróleo.

Según revela "El Mercurio", hace un par de años Caval se puso en contacto con un grupo de empresarios árabes que tenían la intención de traer a Chile petróleo refinado.

Esto marcaba un hito en esta industria, ya que al menos el 50% del petróleo que se consume en Chile es importado crudo y refinado por la Empresa Nacional de Petróleo (Enap), y el otro 50% es adquirido ya refinado por los grandes actores de la industria, como Copec.
 
Conocedores de ese megaproyecto aseguran que, en un comienzo, el negocio convenció a Caval. Incluso se estudiaron puertos en el norte donde se podría haber instalado la infraestructura necesaria para la descarga del petróleo. Pero todo se esfumó, pues los socios de Caval dejaron de creerle al inversionista árabe. Finalmente, otra empresa tomó este proyecto e intentaron llevarlo a Brasil.
 
De hecho, Mauricio Valero –socio de Caval– incluyó en su currículum que entre 2011 y 2013 tuvo una participación clave en el desarrollo de un proyecto de inversión portuario.

Retiros millonarios

De acuerdo al medio, en 2012 –cuando se creó– Caval facturó $1.500 millones en consultorías, una situación inusual para una empresa que se estaba recién formando.
 
Pero el dinero se hizo humo en cosa de meses, aparentemente porque Mauricio Valero hizo retiros por cerca de $170 millones y Natalia Compagnon por más de $200 millones el primer año de funcionamiento y porque a asesores, como Victorino Arrepol, le pagaban sueldos de hasta $15 millones mensuales, indican cercanos al caso.
 
A mediados de 2013, Caval ya no tenía recursos para pagar la promesa de compraventa de los terrenos de Machalí: El 26 de agosto de ese año, cuando faltaban sólo días para que venciera el plazo que les entregó el síndico de quiebras, Herman Chadwick, para pagar una garantía por $100 millones que les aseguraba la primera opción para adquirir los terrenos, Caval no tenía fondos y tenía cerradas las puertas del sistema financiero, ya que el Santander y el Itaú no dieron luz verde al negocio. El resto de la historia es ya conocida.