BRUSELAS, Bélgica.- La OTAN, "preocupada por la salud" de sus soldados, hará un estudio epidemiológico recabando datos de los países afectados por el "síndrome de los Balcanes", cuya existencia niega, indicó este martes en Bruselas un portavoz de la OTAN.
"Hay cierto número de personal militar con estos síntomas, no ligados al uranio empobrecido, pero que merecen estudiarse más profundamente", declaró Mark Laity en conferencia de prensa para explicar la decisión de hacer un estudio. El portavoz aclaró que "el comité médico sugiere no hablar de síndrome, sino de una serie de síntomas que se dan en función de distintas patologías".
Tras la reunión del comité médico de la OTAN del lunes, uno de sus miembros, el general belga Roger Van Hoof, explicó las conclusiones tomadas: Cada país debería analizar las tasas de mortalidad por leucemia y otros cánceres en soldados que fueron a los Balcanes y en los que no fueron, y compararlos con el porcentaje de toda la población. Estos estudios "llevarán un tiempo", añadió.
Laity dejó claro que "nadie dijo nunca en la OTAN que el uranio empobrecido no provoca ningún riesgo, sino un riesgo muy limitado, en condiciones muy concretas". Van Hoof reconoció que "todo peligro por la exposición depende de la cantidad", aunque subrayó: "No tenemos pruebas de que la exposición fuera más allá de niveles seguros".
Por su parte, el coronel David Lam, experto médico de la OTAN, explicó que después de la guerra del Golfo, en Irak en 1991, se realizaron estudios que indicaron que "una exposición (al uranio empobrecido) a muy alto nivel puede causar un alto riesgo para la salud", y en ocasiones provocar cáncer.
La mayor exposición a este metal pesado -que se encuentra en el aire, los alimentos y el cuerpo, menos radiactivo que el uranio, según la OTAN- la tuvieron los soldados cuyo carro fue alcanzado, explicó Lam, que ilustró el mínimo peligro con el ejemplo de que si se toma una cucharada de uranio empobrecido, el cuerpo lo habrá eliminado a través de la orina 36 horas después.
A la pregunta de qué pasará con la población local, Laity respondió: "Nos preocupamos de lo que afecta a nuestros soldados. No estamos en medida de dispersarnos en otros sentidos", y añadió que "la OTAN es una alianza militar; la salud es importante para todos, pero este aspecto es más importante para otras organizaciones civiles".
El comité médico no tiene fecha para volver a reunirse, mientras este martes por la tarde se reunía a su vez el comité especial de la OTAN sobre el uranio empobrecido, compuesto por los expertos políticos de los 19 países aliados. También acoge a representantes de los países no miembros de la OTAN que forman parte de las fuerzas multinacionales de paz en Bosnia-Herzegovina (SFOR) y en Kosovo (KFOR), así como de Bosnia, Croacia y la misión de la ONU en Kosovo (MINUK), y dentro de un tiempo, de Yugoslavia.
Según una fuente de la OTAN, la Alianza facilitó a sus miembros el mapa de los cerca de 20 lugares que fueron bombardeados con uranio empobrecido en Bosnia-Herzegovina entre 1994 y 1995, como ya hizo con Kosovo, a demanda de Italia, que hace dos semanas pidió explicaciones tras la muerte de seis soldados.
A estos se añaden varios de otros países que pueden estar relacionados con la utilización por los militares norteamericanos de municiones que contenían uranio empobrecido durante la guerra del Golfo, en Bosnia-Herzegovina y en Yugoslavia en 1999.