LIMA.- El ex Presidente Alan García regresa este sábado al Perú, tras casi nueve años en el exilio, para iniciar una campaña que lo catapulte nuevamente a la presidencia, desde donde sumió al Perú en una grave situación de crisis económica y violencia.
El regreso de García, programado para esta tarde, de produce luego que la Corte Suprema declarara prescritos los supuestos delitos de enriquecimiento ilícito que se habrían producido durante su mandato entre 1985 y 1990.
En la Plaza San Martín, en el centro de Lima, donde García dirigirá esta noche su primer mensaje como candidato presidencial, se alzaba ya un gran estrado, donde operarios realizaban pruebas de sonido. En el local del Partido Aprista el entusiasmo y ajetreo eran intensos.
"Están llegando delegaciones de Cusco, Apurímac, Arequipa, Tumbes, Trujillo. Vienen delegaciones incluso campesinas, de nativos, de todo lugar del país", dijo a la AP Nilda Rojas, militante del Partido de Alan García, el Apra.
El Apra confía en que su candidato será una especie de vendaval en la campaña de los comicios del 8 de abril, en la que participarán otros nueve candidatos. El ex Presidente se ubica en tercer lugar con 12%, en las encuestas sobre intención de voto, que lidera Alejandro Toledo, con 33%.
No obstante, el ex Mandatario enfrenta el escollo que implica el rechazo que genera en 65% de los peruanos, que afirmaron en una reciente encuesta que nunca votarían por él. García, quien con 36 años se convirtió en el Presidente más joven de la historia del Perú, es mal recordado por los ciudadanos por haber hundido al país en el caos económico, con una hiperinflación de cuatro dígitos, y no haber actuado a tiempo para detener el avance de los grupos subversivos.
Sus detractores también cuestionan el hecho que García se haya refugiado en Colombia, mientras la justicia aquí le requería, y haya esperado que prescribieran sus delitos para retornar. Las decisiones judiciales a su favor tuvieron lugar bajo el actual gobierno provisional de Valentín Paniagua, quien reemplazó a Fujimori, cuando éste fue destituido en noviembre por el Congreso por incapacidad moral tras una grave crisis política originada por escándalos de corrupción.
