BRUSELAS.- Advertidos de que el costo de contener la enfermedad de la vaca loca puede multiplicarse, los ministros de Agricultura de la Unión Europea se reunieron este lunes para considerar medidas protectoras adicionales para los consumidores y criadores, que sufren enormes pérdidas debido a la epidemia.
"La crisis en el mercado de la carne va más lejos de lo que uno podría pensar", dijo el Comisionado de Agricultura de la UE Franz Fischler. Advirtió sobre una situación "alarmante" marcada por una baja de 27% en el consumo y un veloz crecimiento de existencias de carne no deseada.
La Comisión de la UE esperaba que las ventas de carne bajarían no más de 10%. Dirigiéndose a los asistentes a una reunión de ministros de agricultura, Fischler dijo que muchos países no miembros de la UE están prohibiendo la adquisición de carne del bloque europeo, creando un acopio considerable de producción cárnica que se ha extendido al 2001.
La UE, agregó, simplemente no tiene suficientes bodegas para almacenar la carne no deseada. Fischler propuso nuevas medidas para los granjeros, incluida la promoción de instalaciones con orientación ambiental, debido a que las granjas industrializadas han sido culpadas de la actual crisis alimentaria.
Las naciones de la comunidad europea iniciaron el 1 de enero un programa de análisis obligatorio para ganado mayor de 30 meses. Ahora los ministros evalúan extender este programa a animales más jóvenes, luego de que la enfermedad de la vaca loca, o BSE, se descubriera en dos vacas de 28 meses en Alemania.
La semana pasada Berlín decidió reducir la edad requerida para los análisis a dos años. Guiados por Alemania, los ministros europeos consideran implementar el programa en los 15 países miembros.
Aunque son raros los casos en vacas menores de tres años, los gobiernos europeos vienen haciendo un gran esfuerzo por tranquilizar al consumidor y evitar un empeoramiento de la crisis de confianza entre la población.
Cualquier reducción de la edad aumentará significativamente la cantidad de análisis. También implica que más ganado calificaría para el plan por el cual las autoridades compran restos de animales no analizados. Esto significaría más gastos para los gobiernos de la UE. La Comisión Europea, brazo ejecutivo de la UE, dice que la cantidad de dinero que puede proveer para asistir a los países miembros y al mercado de carne se encuentra limitado por restricciones presupuestarias y estrictos topes de gasto. Esto significa que los países miembros o la industria de la carne tendrán que cubrir los costos adicionales