QUITO.- El gobierno anunció hoy la interrupción de las conversaciones con la Confederación de Nacionalidades Indígenas que organiza una protesta de unos 4.000 campesinos en la capital en rechazo a la política económica del régimen.
Al cabo de dos días de violencia callejera, representantes de la Iglesia Católica, los derechos humanos y las Naciones Unidas oficiaron como mediadores anoche en una reunión con representantes del gobierno, pero las conversaciones no prosperaron.
"El diálogo no se pudo iniciar anoche como estaba previsto, pero existe la voluntad de retomarlo en cualquier momento", dijo el secretario (ministro) de la Administración, Marcelo Santos.
Desde el lunes pasado, alrededor de 4.000 campesinos indígenas se mantienen en el interior de la Universidad Politécnica Salesiana, en Quito, la cual ocuparon sin resistencia de los directivos del plantel.
Las organizaciones indígenas piden que se deje sin efecto las alzas de precios del gas doméstico, incrementado un 100%, y de la gasolina, 25%, y las tarifas del transporte público, en un 75%.
Campesinos y policías antimotines se han enfrentado en los últimos dos días dejando diez heridos y cuantiosos daños materiales en los alrededores de la universidad.
En un gesto calificado de "buena voluntad" los indígenas liberaron ayer a un policía que retuvieron por unas cinco horas cuando fue descubierto de civil haciéndose pasar por periodista en el interior de la universidad.
Pero durante las negociaciones, a la que los indígenas no asistieron sino que enviaron una propuesta por escrito, se puso como condición para iniciar el diálogo la liberación del líder camLuis Villacís alegando atropello a los derechos humanos. El caso de Remache no fue abordado por el alcalde.
No hubo reacciones ni del gobierno ni de los dirigentes en forma inmediata.
La Conaie, con Vargas a la cabeza, protagonizó una asonada que provocó la salida del poder del presidente Jamil Mahuad en enero del año anterior.
"Si no tuviéramos antecedentes históricos muy cercanos, y si fuéramos un gobierno de inocentones quizás nos podrían engañar ahora", señaló.
El delegado del gobierno para dialogar con los indígenas indicó que la marcha solicitada "puede transformarse en un factor de violencias incontrolables".
"Vamos a continuar conversando, pero también vamos a continuar manteniendo nuestra actitud firme de defensa de la democracia", agregó.
La noticia de la suspensión de las conversaciones fue recibida con pesar en distintos sectores, incluido el Congreso y las cámaras de la producción.
"Estoy muy triste. No se qué pasó ni en qué momento se interrumpió todo pero todo el país está a la expectativa y esperamos un desenlace pacífico y justo", dijo a periodistas la primera dama Isabel Baquerizo.