SAN VICENTE DEL CAGUAN.- En medio de grandes expectativas llegó esta mañana el Presidente Andrés Pastrana a la zona de distensión para entrevistarse con el jefe guerrillero, Manuel Marulanda.
La cumbre es considerada crucial para destrabar el proceso de paz, congelado desde noviembre por decisión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que exigen un ataque frontal del gobierno contra los paramilitares.
Pastrana arribó a San Vicente del Caguán a las 8:20 de la mañana (13.20 GMT). Al descender del avión presidencial recibió los honores militares de algunos de los 60 policías que están encargados de seguridad.
En el dispositivo de seguridad también se encuentra un avión ambulancia y equipos antiexplosivos. La seguridad de Marulanda está a cargo de Jorge Briceño, el jefe militar de las FARC.
Posteriormente, Pastrana se trasladó a la antigua sede del batallón Cazadores, edificio que es utilizado por funcionarios del gobierno que viajan a la zona desmilitarizada, cedida a las FARC hace poco más de dos años.
Ahí el jefe de Estado se iba a reunir con el Alto Comisionado de Paz, Camilo Gómez, con quien afinará los últimos detalles antes de iniciar el encuentro con Marulanda. Luego el Presidente tenía previsto abordar un helicóptero para dirigirse al caserío de Los Pozos, ubicado a una hora en automóvil de San Vicente del Caguán, que se encuentra a 300 kilómetros al sur de Bogotá.
En ese lugar sería esperado por el jefe máximo de las FARC.
Se espera que entre los principales temas que debatirán el Presidente y el comandante rebelde se encuentra el combate al paramilitarismo, el intercambio de uniformados secuestrados por guerrilleros presos y la reactivación de los diálogos.
Aunque hay muchas expectativas por la cita, el ministro del Interior Humberto de la Calle ha llamado a la moderación a los sectores que "hablan del día D de la paz o la guerra". Varios analistas coinciden en que el Presidente debe volver "con algo más que una foto" de la reunión, en referencia a los otros dos encuentros que ha sostenido con el septuagenario y astuto Marulanda.
Se considera que la mínima concesión de las FARC sería la reanudación de los diálogos de paz que llevan más de dos años de altos y bajos. Entre las prestaciones más esperadas por la opinión pública está el compromiso de la guerrilla para finalizar los secuestros y los ataques a poblaciones.
Pastrana llega al encuentro de este jueves con el apoyo de los partidos políticos, el cuerpo diplomático, sectores gremiales, la Iglesia y organizaciones sociales. La bandera de su gobierno, que se inicio en 1998, ha sido la consecución de la paz en un país que lleva 36 años sumido en un conflicto armado que ha dejado 35.000 muertos en la última década.
Sin embargo, la falta de acuerdos concretos con las FARC ha sembrado el escepticismo en los colombianos, que sufren un promedio de 3.000 secuestros anuales y la inseguridad generalizada, sobre todo en las zonas rurales. Los últimos sondeos dan al presidente una popularidad del 20%.
Las FARC, por su parte, han acumulando un enorme poder en los últimos años llegando a contar actualmente con 16.500 hombres en armas, según cifras oficiales. La poderosa guerrilla que se inicio en los años 60 obtiene gran parte de sus ingresos de los secuestros y del narcotráfico, sobre el cual cobra "impuestos" a quienes realizan actividades relacionadas con el negocio.
Estados Unidos, que apoya la guerra antidrogas en Colombia con 1.300 millones de dólares, ha expresado su preocupación por el crecimiento de las FARC.