BRASILIA:- Una misión técnica del Tratado de Libre Comercio (TLC) de Norteamérica -que conforman México, Estados Unidos y Canadá- llegó hoy a Brasilia, para investigar las sospechas canadienses de que el ganado vacuno brasileño estaría contaminado por el llamado "mal de las vacas locas".
La delegación encabezada por el Brian Evans, el veterinario-jefe de la Agencia de Inspección de Alimentos de Canadá (CFIA), está integrada por cuatro canadienses, dos estadounidenses y una mexicana. Las investigaciones del grupo se iniciarán recién mañana, con una reunión de los expertos norteamericanos con técnicos del Departamento de Defensa Agroganadera del Ministerio brasileño de Agricultura, que aseguran que la encefalopatía espongiforme bovina (BSE, por sus siglas en inglés) no existe en el país.
Sobre la base a las sospechas de contaminación del ganado por el "mal de las vacas locas", el gobierno canadiense suspendió, el dos de febrero último, las importaciones de carne vacuna procedente de Brasil. Según una nota oficial de las autoridades canadienses, los expertos en sanidad animal del TLC permanecerán en Brasil durante "unos cinco días", lo que virtualmente sepulta la expectativa expresada por el gobierno de Brasilia en torno a la suspensión del embargo a la carne brasileña hasta el lunes próximo.
El comunicado agrega que, durante su permanencia en Brasil, la misión buscará reunir informaciones sobre los tres principales factores de riesgo de BSE: las prácticas de fabricación e importación de alimentos para el ganado, las importaciones de animales y la eficacia del proceso de vigilancia sanitaria vigente en el país.
La suspensión de las importaciones de carne generó indignación por parte de las autoridades de Brasilia, que la consideraron como totalmente injustificada, ya que el ganado brasileño se alimenta en pastajes, y no con harina de huesos de animales muertos, que provoca el "mal de las vacas locas". En la semana pasada, el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, amenazó con abrir una guerra comercial contra Canadá si, en el plazo máximo de tres semanas, el país norteamericano no anula la suspensión de carne vacuna brasileña anunciada hace una semana.
"Mi expectativa es la de que se corrija esa precipitación en un plazo entre 15 días y tres semanas. Si ello no ocurre, bueno, guerra es guerra", expresó. Cardoso advirtió que el diferendo con Canadá representa "un mal presagio" para el proyecto de integración en el marco de un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
La dura reacción de Brasil se debió al temor de las autoridades locales de que la medida dictada por Canadá genere una sospecha internacional sobre la salud del ganado local, causando graves perjuicios al comercio exterior del país. Extraoficialmente, políticos y diplomáticos brasileños coinciden en interpretar la suspensión de las importaciones de carne como una represalia por el conflicto comercial trabado en el area aeronáutica.
Brasil y Canadá mantienen un diferendo en la Organización Mundial del Comercio (OMC) por los subsidios que ambos países conceden a sus respectivas empresas fabricantes de aviones, la brasileña Embraer y la canadiense Bombardier. La OMC autorizó Canadá a imponer sanciones comerciales por 1.400 millones de dólares contra Brasil, para compensar las pérdidas causadas por los subsidios concedidos a la Embraer.
Sin embargo, el gobierno de Ottawa aseguró que la suspensión de las importaciones de carne brasileña -que suman sólo unos cinco millones de dólares anuales- no está vinculada al diferendo aeronáutico, sino que se basó solamente en criterios de sanidad.
Un nuevo capítulo en los roces comerciales entre los dos países quedó abierto esta semana, cuando el gobierno canadiense incluyó a Brasil entre los países bajo sospecha de "dumping" en las exportaciones de acero. Hasta el mediodía de este miércoles, el gobierno brasileño no había comentado esa nueva amenaza de traba comercial.