MOSCU.- El secretario general de la OTAN, George Robertson, trató de tranquilizar a Rusia sobre la ampliación de la Alianza al este de Europa, antes de su llegada a Moscú este lunes por la tarde para una visita delicada, ya que los rusos también están irritados por el proyecto norteamericano del escudo antimisiles (NMD, por su sigla en inglés).
La ampliación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) forma parte de "los intereses de Rusia", aseguró Robertson en una entrevista a la agencia rusa Itar-Tass. "Moscú había manifestado una gran inquietud antes que Polonia, Hungría y la República Checa se convirtieran en miembros de la OTAN hace dos años. En realidad, esta integración condujo a la creación de una zona de verdadera estabilidad en Europa central, que creo es del interés de Rusia", remarcó.
Existen pocas posibilidades de que esos argumentos sean comprendidos por sus interlocutores rusos, que multiplicaron sus declaraciones en contra de la ampliación de la OTAN, en la víspera de la llegada de Robertson.
Esta ampliación representa una "amenaza para la seguridad" de Rusia, declaró nuevamente el viernes último el general Leonid Ivachov, jefe del departamento de la Cooperación Internacional en el Ministerio de Defensa ruso.
El 26 de enero pasado, el Presidente Vladimir Putin, había juzgado de "inaceptable" la ampliación de la OTAN. Los tres estados bálticos -Estonia, Lituania y Letonia-, de los cuales dos tienen fronteras con Rusia, forman parte de los nueve países cuyas candidaturas deben ser estudiadas durante una cumbre de la OTAN en Praga en el 2002.
La ex república soviética de Georgia también manifestó su deseo de unirse a la OTAN en el 2005, y Robertson acaba de realizar una gira por las tres ex repúblicas soviéticas de Armenia, Azerbaiyán y Turkmenistán. "Queremos un diálogo constructivo y una cooperación creciente con Rusia", deseó Robertson en una entrevista a Itar-Tass.
Sin embargo, este diálogo corre el riesgo de ser perturbado por la determinación de la nueva administración del Presidente norteamericano George W. Bush de desplegar un escudo antimisil (NMD) para protegerse de ataques de estados parias como Corea del Norte e Irán.
El desarrollo del NMD tendrá "consecuencias irreparables", advirtió el Presidente Putin, mientras que los militares rusos amenazaron con abandonar los acuerdo de desarme que vinculan a rusos y norteamericanos.
Los rusos rechazan examinar cualquier modificación al acuerdo ABM antimisiles de 1972, condición obligatoria para permitir el despliegue del NMD. Antes de su partida, Robertson indicó que deseaba obtener más información sobre el sistema propuesto por Rusia como alternativa al NMD.
Mencionado por el Presidente Putin por primera vez en junio pasado, el sistema "no estratégico", cuyos detalles no son conocidos, asociaría a Europa, la OTAN y Estados Unidos. Esta propuesta suscitó muy poco interés en Europa.
El general Ivachov precisó la propuesta rusa el viernes último, al hablar de una "fuerza de despliegue antimisiles rápida y móvil" a nivel europeo, excluyendo esta vez a los norteamericanos.
La visita de Robertson tiene como objetivo oficial poner punto final al enfriamiento de las relaciones entre Moscú y la Alianza Atlántica como consecuencia de los bombardeos contra Yugoslavia en la primavera europea de 1999.
Como represalia a esos ataques, Moscú había cerrado la oficina de informaciones de la OTAN y expulsado a sus representantes. La reapertura de esa oficina será objeto de una ceremonia oficial el martes en la embajada de Bélgica, la víspera de la partida de Robertson.
El secretario de la OTAN tiene previsto ser recibido por el Presidente Vladimir Putin, el ministro de Relaciones Exteriores, Igor Ivanov, el ministro de Defensa, Igor Sergueiev, y el secretario del Consejo de seguridad, Serguei Ivanov.