MADRID.- Miles de españoles repudiaron este viernes el último atentado de la banda separista vasca ETA en una cadena de manifestaciones realizada a lo largo y ancho del país al día siguiente del doble asesinato perpetrado en el País Vasco por la organización terrorista.
Bajo el lema "íPaz y Libertad: ETA no!", un racimo de líderes políticos y sindicales encabezó la más importante concentración de la jornada, que por la noche cubrió las principales arterias de San Sebastián, corazón del País Vasco (norte) y escenario del último y sangriento atentado con coche-bomba cometido por ETA.
Aparcando en un paréntesis sus profundas divergencias, los nacionalistas vascos moderados y los sectores "españolistas" se habían puesto de acuerdo para unir sus voces contra ETA en un fuerte grito de rechazo a la "ciega violencia" etarra.
Fue el propio jefe del gobierno regional vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, el que abogó con urgencia por la necesaria unidad, pidiendo a los otros partidos "estar juntos por la paz y la libertad".
Varios miles de manifestantes se reunieron a diversas horas del día en plazas y frente a los ayuntamientos, como antelación de la gran manifestación nocturna de San Sebastián auspiciada por todos los partidos políticos, a excepción de Euskal Herritarrok (EH).
Considerado el "brazo político" de ETA, EH optó por organizar otras concentraciones por "la paz y la soberanía" del País Vasco en determinadas localidades de la región. Todas las concentraciones anti-ETA coincidieron en rechazar la "violencia terrorista" y exigir el respeto al "derecho a la libertad" y al "derecho a la vida en paz".
Al promediar la jornada se observó un profundo silencio -de uno a 15 minutos- por las víctimas de la violencia en varias instituciones públicas del país, ante un llamado formulado en tal sentido de la federación española de municipalidades.
Asociándose al clamor de paz y libertad, los sindicatos también lanzaron llamados a un paro simbólico del trabajo, por espacio de 15 minutos, en las fábricas del país. Las principales manifestaciones se realizaron en el País Vasco.
En Bilbao, más de 500 personas reunidas frente a la sede del consejo general de la provincia vasca de Vizcaya mantuvieron 15 minutos de silencio antes de cerrar la manifestación con una cerrada ovación en homenaje a las víctimas de ETA. En San Sebastián, provincia vasca de Guipúzcoa, 250 empleados de la empresa de material eléctrico Elektra, a la que pertenecían los dos trabajadores asesinados el jueves por ETA, también se concentraron en silencio -antes de la manifestación nocturna- en el mismo lugar del atentado, donde depositaron ofrendas florales.
En Vigo (oeste), más de mil personas concentradas en la plaza del ayuntamiento observaron un minuto de silencio en honor de las últimas víctimas del terrorismo. Al mismo tiempo, una cadena de manifestaciones similares se realizaba en varias otras ciudades del país ante el llamado de los partidos políticos, de los sindicatos, de los ayuntamientos y de diversas organizaciones pacifistas.
Una vez más, la llama de la paz cubrió todo el país. La indignación de la sociedad española por la violenta ofensiva etarra se vio paradójicamente acompañada de un sereno sentimiento de satisfacción provocado por una serie de detenciones de etarras, sobre todo el arresto n en Francia -el mismo día del último atentado en España- del presunto jefe del aparato militar de ETA, Xavier Garcia Gaztelu Txapote.
Según fuentes de la lucha anti-terrorista, Txapote sería el organizador de la más reciente ola de atentados de ETA, que en los últimos 14 meses ha provocado la muerte de 26 españoles.
Al mismo tiempo, otros 15 presuntos militantes de la organización separatista armada caían en manos de la policía española en el marco de una vasta operación "rastreo" lanzada en la madrugada del viernes en diversas localidades vascas.