MINA, Arabia Saudí.- A pesar de la lluvia, cientos de musulmanes lanzaron piedras este miércoles contra una efigie que representa a Satanás, al concluir el rito islámico anual conocido como el Haj, que este año se vio empañado por la muerte de 35 personas en una estampida.
Desusados aguaceros y nubes dieron algún alivio a los peregrinos, que han soportado temperaturas hasta de 37 grados en su camino a la Meca para ofrecer allí sus plegarias de despedida y pedir a Dios que acepte su peregrinación.
Todo musulmán capaz de viajar debe ir a la Meca por lo menos una vez al año, según la tradición islámica. Las autoridades saudíes no han revelado las identidades de las víctimas de la tragedia del lunes, pero diplomáticos y otras fuentes han dicho que por lo menos siete paquistaníes, cuatro indonesios, cuatro egipcios y dos indios figuraban entre los 22 hombres y 13 mujeres que perecieron en la estampida.
El ministro saudí de Salud, Osama bin Abdul-Majid, dijo que 179 peregrinos de 35 países habían sido lesionados, pero que todos salvo 25 recibieron tratamiento médico y fueron dados de alta de varios hospitales.
Testigos dijeron a la AP que la estampida que mató a los peregrinos comenzó en horas de la mañana del lunes y no fue controlada hasta tres horas después. Agregaron que algunas personas cayeron y murieron aplastadas por la multitud en fuga.
Los peregrinos comenzaron a salir de Mina poco antes del atardecer, tal como lo prescribe su religión. El Haj llegó a su punto culminante el domingo con oraciones en el monte Arafat, en las afueras de la Meca, donde el profeta Mahoma, según la tradición islámica, pronunció su último sermón en el año 632.
Numerosos peregrinos llegaban hoy autobuses y vehículos a la Meca y se dirigían directamente a la Caba, la piedra cúbica que es el santuario más sagrado del islamismo, y al que deben volver su rostro los musulmanes en sus cinco plegarias diarias.
Helicópteros policiales, agentes en torres de observación y centenares de cámaras vigilaban la corriente de los peregrinos que participaron en la ceremonia de lapidación de la efigie del demonio.
Los peregrinos fueron a la Gran Mezquita para dar siete veces la vuelta a la Caba y luego pidieron el perdón de los pecados.