MADRID.- Por primera vez desde hace cinco años, la organización terrorista ETA atentó contra la policía autonómica vasca y mató este viernes a uno de sus miembros, víctima de la explosión de un coche bomba en Hernani, cerca de San Sebastián (País Vasco, norte de España).
Iñaki Totorika Vega, de 25 años, sucumbió dos horas después del atentado convirtiéndose en el décimo miembro de la Ertzaintza (policía autonómica vasca) asesinado por ETA desde la fundación en 1982 de este cuerpo de policía regional, símbolo de la amplia autonomía de la que goza el País Vasco en el seno del Estado español.
Otro "ertzaina", que patrullaba junto a la víctima, resultó levemente herido en el atentado. Los dos hombres cayeron en una trampa bien preparada. A raíz de una llamada telefónica que advertía sobre incidentes relacionados con la "kale borroka", la guerrilla urbana de los jóvenes independentistas radicales vinculados a ETA, los dos policías se dirigieron a la plaza Zinkoenea, donde un automóvil cortaba el paso de una calle.
Unos minutos más tarde, a las 00.40 (23.40 GMT del jueves), el vehículo explotó, alcanzando de lleno a uno de los agentes e hiriendo más levemente al otro, cuya identidad no fue revelada.
Iñaki Totorika, que había perdido las dos piernas y recibido metralla en el abdomen, pereció poco después de ingresar en el hospital Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián.
De forma inhabitual, el automóvil utilizado para el atentado había sido robado sólo tres horas antes, en el propio Hernani. Su propietario fue abordado por dos hombres que lo dejaron amordazado y esposado a la reja de una escuela vasca. Una hora después del atentado, una persona que afirmó hablar en nombre de ETA avisó a la policía de su localización.
Este atentado tiene lugar después de que la Ertzaintza, tanto como la guardia civil y la justicia, infligieron severos golpes a los medios independentistas vascos. Los servicios de seguridad desmantelaron especialmente una célula de un comando activo en la provincia de San Sebastián (Guipúzcoa) y detuvieron a la dirección de Haika, el movimiento de los jóvenes independentistas considerado por las autoridades españolas como cantera de reclutamiento para ETA y el motor de la "kale brroka".
El atentado se produjo 24 horas después de que un presunto comando de ETA robase en Grenoble (centro-este de Francia) 1,6 toneladas de dinamita, que habrían servido para reconstituir las reservas de explosivos destinadas a las operaciones en España.
El último atentado directo contra un miembro de la Ertzaintza segó la vida a su jefe de información, asesinado con una bomba colocada bajo su vehículo en marzo de 1996. Desde entonces, ETA mató a otros dos ertzainas, uno en 1997 en un tiroteo y otro en 2000 en un atentado contra un político socialista.