ISLAMABAD.- El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, quien intenta salvar las estatuas budistas de Afganistán, dijo hoy que el canciller talibán Wakil Ahmaed Muttawakil le confirmó la destrucción de las figuras, mientras continúa la supuesta demolición de dos budas gigantes en las rocas de Bamian.
"He hablado de las estatuas con el canciller y salí de la reunión con poco entusiasmo. Sustancialmente confirmó que todas las estatuas móviles fueron destruidas", afirmó Annan.
El secretario general de la ONU, quien desde el sábado visita Pakistán, definió como "deplorable" la decisión de los talibán.
Muttawakil había informado anteriormente que su rechazo al pedido de Annan de frenar la destrucción de las milenarias y gigantescas imágenes de los budas esculpidas en la roca Hindu Kush.
Los talibán expresaron hoy un rechazo al secretario general de la ONU y ratificaron la voluntad de destruir las estatuas de Afganistán, pero otras declaraciones contradictorias sembraron incertidumbre sobre la verdadera suerte de las obras de arte, en particular de los dos budas gigantes.
El canciller Muttawakil, luego de haberse reunido hoy con Annan en Islamabad, dijo en conferencia de prensa que "el trabajo de destrucción de las estatuas de Bamian comenzó y no queda mucho".
Muttawakil declaró que la demolición era un "hecho puramente religioso interno" y no pretende provocar al resto del mundo, que reaccionó con indignación.
El propio canciller también aseguró en una entrevista en lengua pashtu a la BBC que "el trabajo (de demolición) de las estatuas podría haber comenzado. O podría no haberse iniciado".
De todos modos, la destrucción, al menos parcial, de los budas fue confirmada por fuentes de la oposición afgana, que en la provincia central Bamian tiene una fuerte presencia, y por organizaciones humanitarias extranjeras.
Se trata de las estatuas de Buda más importantes que existen en el mundo, una de ellas la más grande de la figura del profeta de pie, de 53 metros de alto, y la otra de 35 metros, esculpidas aproximadamente en el siglo V, según coinciden la mayoría de los especialistas.
La orden de destruir todas las estatuas anteriores al islamismo en este país fue dada hace dos semanas por el "mullah" Mohammed Omar, líder de la milicia que controla gran parte de su territorio.
La demolición -dijo- es "necesaria" como medida "preventiva" para impedir eventuales episodios de "idolatría" en el futuro.
"Sabemos que las estatuas integran el patrimonio cultural de Afganistán pero queremos eliminar las que son contrarias a nuestra fe", precisó Muttawakil.
El canciller talibán rechazó la hipótesis que la destrucción sea una represalia por las sanciones impuestas por la ONU en enero a ese régimen, luego de que rechazaran expulsar al terrorista saudí Osama Bin Laden.
Una delegación de estudiosos islámicos de la organización de la Conferencia Islámica (OCI) -principal junta musulmán del mundo- se encuentra en Kandahar, ciudad del sur de Afganistán donde residen el mullah Omar y sus consejeros, un grupo de religiosos musulmanes de pueblo, en gran parte de entre 80 y 90 años.
El embajador de los talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, dijo que si "entre las partes (la delegación de la OCI y el mullah) emiten conjuntamente una fatwa -sentencia religiosa- según la cual la destrucción es impropia, la aceptaremos".