WASHINGTON.- Estados Unidos decidió retirar a 750 hombres de las fuerzas de paz de la OTAN en Bosnia y estudia junto a sus aliados unas mayores reducciones de su presencia militar en los Balcanes, informaron este jueves fuentes de la Casa Blanca.
El anuncio coincide con el discurso de George W. Bush en su campaña electoral, cuando había dicho que las tropas estadounidenses "permanecerán donde los intereses del país estén en juego".
Esta es la segunda señal en una semana. El viernes pasado el Pentágono se negó a enviar tropas a Serbia para contrarrestar la ofensiva guerrilla albanesa en la frontera entre la provincia de Kosovo y Macedonia. Pero el Departamento de Estado echó agua al fuego, ya que el retiro es una decisión de la OTAN y el secretario de Estado Colin Powell todavía considera válido mantener las tropas en los Balcanes.
En ese territorio que perteneció a la República Federal Yugoslava, se encuentran actualmente 9.000 soldados estadounidenses. En Kosovo hay 6.000, una sexta parte de las fuerzas de la OTAN en la región, KFOR.
Los lugares que dejen los que se vayan de sus puestos no volverán a a ser ocupados. "Consultamos con nuestros aliados europeos y concordamos que una parte de las fuerzas en Bosnia, con equipamiento pesado y carros, no es más necesaria", dijo una fuente del Departamento de Estado.
Los informantes de la diplomacia estadounidense colocan el retiro de los 750 hombres en el marco de las decisiones ya tomadas por la OTAN, donde se hace una revisión semestral de las fuerzas aliadas en Bosnia y Kosovo.
Powell sostuvo el 27 de febrero en Bruselas ante sus aliados europeos. "En los Balcanes llegamos juntos y juntos nos iremos". Pero desde Ottawa, donde está de visita, Espen Barth Eide, exponente del gobierno de Noruega, país que integra la OTAN, dejó entrever la preocupación europea: "El nivel de la actividad militar estadounidense es inferior a aquello que deseamos todos", dijo.
"Tenemos la sensación en Europa que los estadounidenses podrían y deberían hacer algo más", dijo. No hay nada de que asombrarse. En los Balcanes, como en Corea del Norte y antes sobre Irak, Bush parece inclinado a darle más poder a sus consejeros de línea dura en su administración que al general Powell, el que menos se inclina por las intervenciones armadas.
Con dificultades después de la misión de exploración en Medio Oriente y en el Golfo Pérsico, obligado a dar marcha atrás en las negociaciones con Pyongyang, y más europeísta que sus colegas en el gobierno sobre el proyecto defensivo de la Unión Europea, Powell busca terrenos donde nadie le discuta su competencia en la política exterior estadounidense.
Así, parece haber descubierto una vocación para hacer revivir las guerras olvidadas, desde Sudán hasta Nagorno-Karabaj. Quizás es un modo para buscar de permanecer en la escena diplomática sin provocar fastidio a nadie en Washington.