BELGRADO.- El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Igor Ivanov, inició hoy en Belgrado un viaje que le llevará a Albania y la ARYM, donde es esperado el jefe de Política Exterior de la Unión Europea (UE), Javier Solana, con una recomendación de que el gobierno macedonio y los nacionalistas albaneses negocien.
Ivanov declaró tras entrevistarse con el Presidente yugoslavo, Vojislav Kostunica, que en la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) hay una agresión separatista albanesa ante la que la comunidad internacional tiene que reaccionar con premura y decisión.
"Eso es agresión y si no queremos una nueva explosión en los Balcanes habrá que reaccionar con firmeza, la comunidad internacional tiene que entender que en el sur de Serbia y en Macedonia se está produciendo una agresión del terrorismo internacional", dijo Ivanov a la prensa.
El ministro ruso llegó a los Balcanes precedido por unas declaraciones suyas en las que indicó de que la fuerza multinacional de paz para Kosovo (KFOR) suministrada a la ONU por la OTAN tiene que arriesgarse más y hasta actuar en el conflicto entre macedonios eslavos y separatistas albaneses.
La OTAN anunció hoy que reforzará con tropas adicionales el contingente KFOR de 40.000 soldados para cerrar totalmente la frontera de Kosovo con la ARYM.
Solana llegará a Skopje una semana después de la visita que hizo a la ARYM el ministro francés de Asuntos Exteriores, Hubert Védrine, quien condenó la violencia secesionista pero recomendó negociaciones sobre autonomía.
La ARYM tiene dos millones de habitantes, casi un tercio de ellos albaneses que forman una mayoría abrumadora en las zonas occidentales del país.
El panalbanismo es muy fuerte en todas las comarcas fronterizas con Albania y Kosovo, que llevan decenios pidiendo en vano la misma autonomía que los albano-kosovares tenían hasta que Belgrado la abolió en 1989.
La UE considera que la situación podría calmarse negociando con los sectores moderados del nacionalismo albano-macedonio, que tienen 24 de los 120 diputados, pero piden autonomía territorial.
La ARYM considera que la concesión de una autonomía a los albaneses sería el principio del fin de ese pequeño enclave balcánico sin salida al mar, que sería absorbido por Bulgaria, Albania y eventualmente Serbia.
El propio ministro de Asuntos Exteriores de Albania, Paskal Millo, declaró hoy a una emisora de Tirana que una solución federal para la ARYM podría tener efectos desestabilizadores en ese país, considerado el más vulnerable de los Balcanes.
Los macedonios resaltan por ello que los derechos de los albaneses serán respetados a través de su presencia en el Parlamento y en los Gobiernos, pero que firmar la autonomía territorial sería certificar la defunción de la ARYM.
Medios políticos comentan que la UE está reaccionando en esta ocasión con más protagonismo que EE.UU..
El ministro de Asuntos Exteriores macedonio, Srdjan Kerim, de origen turco y nombre eslavo, considerado un hombre inmune al nacionalismo eslavo o albanés, se encuentra en Bruselas y regresará esta tarde con Solana a Skopje.
Kerim manifestó hace unos días en Ankara que Macedonia no desea ver en su territorio tropas de países vecinos, postura que fue ratificada por el Parlamento de la ARYM.
Los analistas consideran que Skopje teme que las tropas que Bulgaria enviaría se quedarían, ya que los búlgaros opinan que los eslavos macedonios son una tribu suya que les fue arrancada en 1913 por Serbia.
Los rebeldes del Ejército de Liberación Nacional (UCK de Macedonia) han designado ya a Alia Ahmet representante político para negociar con el gobierno macedonio, según el diario kosovar "Koha Ditore".
Las autoridades macedonias reiteran su oposición a sentarse a una mesa con "terroristas", pero los observadores comentan que lo mismo decían los serbios hasta que la OTAN les obligó a negociar con el UCK de Kosovo en Rambouillet (Francia) y luego en el sur de Serbia.