PARIS.- Las fuerzas de seguridad francesas temen que sólo sea cuestión de tiempo antes de que el grupo separatista vasco ETA amplíe sus actividades, y decida llevar parte de las acciones que realiza en España, al territorio francés.
ETA ha utilizado a Francia durante mucho tiempo como centro logístico, un lugar seguro donde realizar entrenamientos y donde esconderse mientras lanza sus acciones contra el Estado español.
Pero ante la reciente represión de Francia contra sus activistas y la presión que sienten en España, los servicios de inteligencia de Francia temen que la línea más dura de los dirigentes de ETA esté considerando abrir un nuevo frente en Francia. "Uno tiene que ser optimista, pero sería increíble que no ocurriera nada aquí", dijo un miembro de la seguridad que se encarga del "problema vasco".
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, también ha puesto sobre aviso a Francia. "Digamos que si yo fuera responsable de la seguridad en Francia, redoblaría la vigilancia", dijo en una entrevista publicada en la revista Nouvel Observateur, la semana pasada.
Como si fuera una señal, el mismo día que se publicó la entrevista, la policía francesa reforzó las fronteras con España con unos 1.000 miembros que realizaban controles sistemáticos a los autos.
ETA comenzó su campaña de violencia en 1968 y desde entonces se le atribuye la muerte de más de 800 personas. En el pasado, Madrid criticó reiteradamente a París por no actuar con suficiente dureza sobre los miembros de la banda, que con frecuencia se ocultaban en Francia tras actuar en España.
La cooperación entre las fuerzas policiales de ambos países mejoró sustancialmente a comienzos de 1990, estrechándose principalmente en las fronteras después de que ETA anunciara el fin de la tregua de 14 meses, en diciembre de 1999, y reanudara sus acciones armadas.
Fuentes de los servicios de seguridad creen que unos 500 militantes de ETA viven en Francia, y en los últimos meses, la policía gala ha detenido a varios miembros importantes de la organización, incluidos los presuntos jefes de los aparatos militar y logístico.
Las detenciones han ayudado a que aumente el resentimiento en ETA y los funcionarios han notado una creciente frustración entre jóvenes militantes vasco-franceses que recientemente han sido relacionados con sus colegas radicales vascos, formando un grupo llamado Haika.
El pasado octubre, militantes encapuchados de ambos países acudieron a la capital vasco-francesa, Bayona, donde se enfrentaron a la policía durante una manifestación en defensa de la independencia.
Amenazas y robos pero no derramamiento de sangre
ETA ha limitado hasta ahora sus operaciones militares en Francia al asalto de diversos polvorines, robando varios miles de toneladas de dinamita en los dos últimos años.
También ha extendido sus amenazas contra el futbolista vasco y jugador de la selección francesa, Bixente Lizarazu. Pero ahora, la policía teme que ETA pueda estar tentada a actuar pronto en Francia como represalia por las recientes detenciones.
No obstante, un movimiento contra intereses franceses podría acarrear serios riesgos. Aunque la policía francesa ha incrementado sus controles sobre ETA, ataques con bomba o asesinatos llevarían a que el asunto pasara a manos de las fuerzas antiterroristas de Francia, percibidas por los vascos como más despiadadas y eficaces que las españolas.