WAASHINGTON.- La jueza federal Gladys Kessler se negó este jueves a paralizar las polémicas maniobras de este fin de semana de la Armada estadounidense en la isla puertorriqueña de Vieques.
Kessler rehusó aceptar la petición del Gobierno de Puerto Rico, que ha denunciado que las maniobras militares violarían una nueva ley puertorriqueña que prohíbe ruidos excesivos en aguas de su país y podría ocasionar daños a la salud de los viequenses.
La orden judicial supone una victoria temporal para la Marina de Guerra norteamericana, que intenta evitar que Puerto Rico enmiende unas directivas del ex Presidente Bill Clinton que permitieron el pasado año la reanudación de sus entrenamientos en Vieques.
La jueza pidió a la Marina, no obstante, que no programe ejercicios adicionales hasta que el Departamento de Salud de EE.UU. examine los efectos de las maniobras en la salud de los más de 9.000 residentes de la isla de Vieques.
Kessler escuchó esta mañana los argumentos orales de la Marina y del Gobierno de Puerto Rico, después de rehusar una petición de las autoridades estadounidenses para que el caso fuese examinado en el Tribunal Federal de San Juan.
"Esta ley de prohibición de ruidos excesivos es una ley en defensa de la salud de los puertorriqueños", dijo el abogado Eugene Gulland, en representación del Gobierno de Puerto Rico.
La representante legal de la Marina norteamerican, Angeline Purdy, argumentó que paralizar los entrenamientos militares significaría "un daño irreparable" a la Armada.
Según Purdy, la Marina, si no pudiera entrenar en Vieques este fin de semana, habría tenido que enviar tropas al Golfo Pérsico sin la debida preparación militar o dejar en sus puestos a tropas que ya fueron movilizadas a esa región y que están deseosas de regresar a casa.