CIUDAD DEL VATICANO.- Juan Pablo II apareció en buena forma este domingo en sus dos intervenciones públicas -para oficiar misa y el Angelus-, la víspera de la apertura de un Consistorio extraordinario dedicado al porvenir de la Iglesia, una cita a la que están convocados 180 cardenales -entre ellos 33 latinoamericanos- y que algunos analistas calificaron de "precónclave".
Por la mañana, el Sumo Pontífice ofició una misa al aire libre en una parroquia del sur de Roma, ante 2.000 personas que pudieron felicitarle por su 81 cumpleaños, el pasado viernes, y a quienes hizo una petición: que recen para que pueda "seguir su misión".
Más tarde, en la tradicional celebración del Angelus desde el balcón de la plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa pidió "al pueblo de Dios" apoyo para el Consistorio.
En ambas ocasiones, la apariencia de Juan Pablo II era buena, lejos de aquellos signos que en los últimos meses desataron todo tipo de rumores, incluidos los de una eventual dimisión.
El martes pasado, el portavoz vaticano Joaquín Navarro Valls se mostraba optimista sobre el estado de salud del Papa explicando que Juan Pablo II "no conoce el significado de la palabra fin de semana (...) lleva un ritmo de trabajo impresionante".
Todo ello no evita que los analistas traten la cuestión de la salud papal y que se desaten especulaciones sobre sus posibles sucesores, los "papabili" en la jerga vaticana, entre los que se encuentran varios latinoamericanos.
De ahí que la cita consistorial, a la que están convocados todos los electores de un eventual cónclave -los cardenales menores de 80 años-, susceptibles además de ser elegidos, sea interpretada en clave de sucesión.
El diario italiano Corriere della Sera hablaba este domingo de "los dilemas sobre la salud del Papa", mientras que Il Messaggero comentaba, aludiendo al objeto del Consistorio -la Iglesia católica en el tercer milenio-, que "hablando de futuro, los cardenales podrán prestar atención a lo que dirá y a cómo se moverá cualquiera de sus colegas que viene señalado como 'papabile'".
En todos los pronósticos, el políglota y brillante cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, de 53 años, figura en buena posición.
Hace unos meses, el cardenal centroamericano, presidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, no descartó la posibilidad de que el futuro Papa provenga de un país de América Latina. "Ha llegado la hora", dijo.
Cabe recordar que de los 32 purpurados latinoamericanos, 27 son electores y por lo tanto participarían en un eventual cónclave. A éstos hay que sumar 7 cardenales españoles y 2 portugueses, 6 de ellos electores.
Además de Maradiaga, entre los evocados como "papabili" están el colombiano Darío Castrillón Hoyos, de 72 años, prefecto de la Congregación para el Clero; el brasileño Claudio Hummes, 67 años, arzobispo de Sao Paulo; el cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, de 64 años, arzobispo de La Habana; el cardenal Norberto Rivera Carrera, 63 años, arzobispo de México; y el cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa, 68 años, arzobispo de Santiago de Chile.
Los trabajos del Consistorio tendrán lugar a puerta cerrada en la sala del sínodo a razón de dos sesiones por día. El lunes y el martes los cardenales podrán expresarse libremente sobre los temas de su elección.
La tarde del miércoles, tras una mañana de reflexión en pequeños grupos, será dedicada a hacer balance. La síntesis final podría ser confiada, según fuentes vaticanas, al cardenal mexicano Juan Sandoval Iñiguez, arzobispo de Guadalajara.
El jueves por la mañana, día de la Ascensión, el Consistorio se cerrará con una misa concelebrada por Juan Pablo II.