WASHINGTON.- La Casa Blanca advirtió hoy a la prensa de que no se exceda en la cobertura de los problemas legales de las hijas de George W. Bush, ya que si lo hace se expone a la reacción del Presidente y la Primera Dama.
Las hijas gemelas de Bush, Jenna y Laura, son investigadas por la policía de Austin (Texas) por pedir dos "margaritas" en un restaurante sin tener la edad mínima para consumir alcohol.
A pesar de que la prensa no se inmiscuye en la vida de los hijos de los Presidentes, el hecho de que haya una investigación policial de por medio ha eliminado los remilgos de los medios, que dedican hoy bastante espacio al asunto.
El portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, advirtió hoy a los medios de que "piensen muy cuidadosamente" si van a continuar dedicando espacio a las hijas del Presidente y a cuestiones "privadas de la familia".
"Entiendo que se trata de un asunto legal", dijo el portavoz, quien reconoció que la cobertura realizada hasta ahora ha sido correcta.
Pero avisó a los medios de que "tengan mucho cuidado si quieren ir más allá, porque cualquier reacción de los padres es familiar, no es gubernamental".
Las dos jóvenes tienen 19 años, y en Texas, como en otros muchos estados, la edad mínima para comprar y beber alcohol es de 21.
Las hijas de George W. Bush estaban en el restaurante de comida "tex-mex" Chuy's, en la zona sur de Austin, cuyo gerente llamó a la policía para denunciar que varios menores de edad habían pedido bebidas alcohólicas.
En concreto, parece que Jenna Bush intentó usar un documento de identidad falsificado.
Dado que los agentes no presenciaron ninguna falta, el asunto es investigado por la policía de la capital de Texas y por la Comisión de Bebidas de ese estado.
En Texas, los menores sorprendidos en tres infracciones con el alcohol son sentenciados a una pena obligatoria de seis meses de cárcel, por lo que si Jenna es sancionada una segunda vez, estará cerca de esa posibilidad.
Se trata de una medida que, casualmente, fue puesta en marcha cuando su padre era gobernador de Texas.
El pasado día 16, Jenna recibió una sanción leve tras admitir la acusación de consumir bebidas alcohólicas por debajo de la edad requerida.
Había sido sorprendida, con una cerveza en la mano, por un policía vestido de paisano que vigilaba la venta de alcohol a menores en la famosa zona de restaurantes, bares y clubes de la Calle Sexta de Austin.
La joven, de 19 años, fue sentenciada por una juez municipal de Austin a realizar ocho horas de trabajo comunitario, así como a seguir seis horas de clases sobre las consecuencias de las bebidas alcohólicas y a pagar 51,25 dólares en costes judiciales.
La sanción máxima suponía una multa de 500 dólares, así como las actividades comunitarias.
Un fiscal local señaló hoy en Austin que, si Jenna Bush recibe una sanción por el asunto del restaurante, el primer castigo podría ser revocado y las autoridades podrían buscar uno mayor.
Mientras tanto, el abogado de la joven, William Allison, evitó hacer declaraciones a la prensa.
Los diarios recogen hoy el incidente del martes, y aunque lo tratan de forma respetuosa, no faltan algunos comentarios que critican el "poco juicio" de las jóvenes y se preguntan si los problemas con el alcohol que tuvo Bush en su juventud, y a los que siempre restó importancia, pueden tener algo que ver.
Se recuerda también que millones de estudiantes universitarios beben alcohol sin la edad necesaria, pero las dos gemelas Bush -sobre todo Jenna-, lo hacen sabiendo que están bajo el escrutinio de los medios, la vigilancia de sus escoltas del Servicio Secreto y la espectación de la población.
Más lejos va el diario sensacionalista "New York Post", que publica un título muy expresivo: "Jenna and Tonic".
