NUEVA YORK.- Al tiempo que la armada norteamericana se prepara para reanudar los ejercicios de bombardeo en la isla puertorriqueña de Vieques, Amnistía Internacional pidió al personal militar estadounidense que se abstenga de usar fuerza innecesaria al hacer frente a los manifestantes que protestan su presencia en la isla.
"Durante los ejercicios navales de abril, docenas de personas informaron haber sido sometidas a fuerza innecesaria y maltrato por parte del personal de la armada", dijo en un comunicado emitido este miércoles William F. Schulz, director ejecutivo de Amnistía Internacional USA. "Tal tratamiento es intolerable y ciertamente afecta la imagen de nuestro gobierno como paladín de los derechos humanos".
Si bien Amnistía no disputa el derecho de los gobiernos a impedir el paso del público a las zonas de entrenamiento militar, la organización se preocupa por las pruebas sustanciales de que la armada norteamericana se excedió al hacer frente a los manifestantes, según el comunicado.
Algunas de esas acciones equivalen a un tratamiento cruel, inhumano o degradante, en violación de la Convención contra las Torturas y otros tratados internacionales suscritos por Estados Unidos, agrega el texto.
Un informe preliminar de un delegado de Amnistía Internacional en Puerto Rico, basado en entrevistas con víctimas, testigos, funcionarios del gobierno, abogados y grupos de la comunidad, así como en grabaciones de vídeo, incluye las siguientes denuncias, enumeradas en el comunicado:Centenares de manifestantes que realizaban una protesta pacífica frente al campo de entrenamiento, incluso ancianos y niños, fueron rociados indiscriminadamente con grandes cantidades de gases lacrimógenos e irritantes, y fueron blanco de disparos con balas de goma. Esos gases tienen efectos nocivos sobre los niños y los ancianos, así como los pacientes de asma y otras enfermedades.
Muchos de los activistas recibieron maltratos físicos en manos de los militares, incluso haber sido rociados con gas irritante en el rostro o pateados mientras se le ponían esposas, haber sido obligados a arrodillarse durante horas en terreno rocoso y pasar largos períodos al sol sin agua.
Quejas de manifestantes que dijeron haber sido sometidos a procedimientos humillantes. Grabaciones de vídeo muestran a varias niñas sometidas a tocamientos íntimos mientras agentes femeninas les palpaban el cuerpo en presencia de soldados.
Se negó agua, alimentos, medicinas y llamadas telefónicas a los detenidos durante largos períodos. Algunos sólo pudieron contactar a un abogado después de dos o tres días de detención, cuando fueron llevados ante un juez.
La armada continuó disparando sus bombas inertes después de que los activistas penetraron en la zona de tiro, e hizo caso omiso de sus banderas blancas y luces de bengala.
El comunicado de Amnistía dijo que algunas bombas cayeron a menos de 30 metros de los manifestantes.