SRINAGAR, India.- Paramilitares indios mataron el sábado a tiros a tres guerrilleros separatistas en la convulsionada región de Cachemira, donde resurgió la violencia a pocas semanas de una reunión que sostendrán funcionarios de la India y Paquistán.
Un portavoz del grupo paramilitar Fuerza de Seguridad Fronteriza dijo que los rebeldes, entre ellos un comandante local del grupo paquistaní Lashkar-e-Taiba, murieron tras horas de combates cerca de la ciudad de Bandipore, en el norte de Cachemira.
En represalia, los guerrilleros separatistas mataron al jefe de un grupo militante progobierno, a pocos metros de su casa en el sur de la región, informó la policía. Nabi Azad era jefe de Musulmanes Mujahideen, uno de los dos grupos militantes que ayudan a las fuerzas indias a combatir la rebelión en Cachemira, que empezó hace 11 años.
Un representante de la organización guerrillera Hizb-ul-Mujahideen, la principal de Cachemira, llamó a las oficinas de los periódicos en Srinagar, capital del estado, y se adjudicó la responsabilidad por la muerte de Azad.
Las fuerzas indias lanzaron en mayo una nueva ofensiva para erradicar a las guerrillas del estado Jammu y Cachemira, de mayoría musulmana, cuando rompió una tregua de seis meses con los rebeldes.
De acuerdo con la policía, casi 250 personas, la mayoría rebeldes, han muerto desde el fin de la tregua, que estuvo acompañada por una sorpresiva invitación de Nueva Delhi a Paquistán para analizar alternativas orientadas a resolver asuntos importantes, entre ellos la disputa por Cachemira.
Líderes de India y Paquistán, que se han enfrentado dos veces en guerra por Cachemira, tienen previsto reunirse en Nueva Delhi en julio, en lo que los analistas dicen que abriría la puerta para sostener negociaciones sobre la disputa de medio siglo.
India considera a Jammu y Cachemira como parte integral del país y culpa a Paquistán de fomentar la rebelión, que ha costado la vida a unas 30.000 personas.
Islamabad niega estar involucrado directamente en el conflicto, pero desea un plebiscito supervisado por Naciones Unidas para determinar el deseo de los pobladores de la convulsionada región montañosa.
Las fuerzas de seguridad de la India y el gobierno dijeron que sus tropas se han vuelto más agresivas tras el fin unilateral de la tregua, que los guerrilleros calificaron como un complot para ganar simpatía internacional.