MOSCU.- Los primeros barcos para reflotar el submarino nuclear ruso Kursk, que se accidentó el año pasado en el mar de Barents, partirán la semana próxima hacia el lugar donde se halla el navío con la idea de cumplir la operación en septiembre, dijeron este viernes varios funcionarios gubernamentales.
Un total de 118 ocupantes murieron a bordo del Kursk cuando el submarino naufragó frente a las costas de la península rusa de Kola.
El Presidente Vladimir Putin prometió a los familiares de las víctimas que los restos del submarino accidentado serían reflotados este año, pero la causa precisa del desastre aún sigue siendo un misterio. "La semana próxima el barco que apoyará a los buzos saldrá de Aberdeen (Escocia) hacia el lugar de la operación", dijo Frans Van Seumeren, presidente de la compañía alemana Mammoet, que fue contratada por Moscú para realizar el trabajo.
El ejecutivo dijo a los periodistas que los trabajadores comenzarán sus labores cortando la devastada proa, donde se encuentran los torpedos del submarino, y que para ello contarán con la ayuda de robots especiales. Varios funcionarios rusos dijeron que el desastre fue probablemente causado por la explosión de un torpedo que a la vez hizo detonar la mayor parte del arsenal a bordo, aunque aún no se ha determinado oficialmente qué causó la explosión.
El equipo de salvamento teme provocar una explosión accidental de alguno de los torpedos restantes en el momento de remover el submarino, que se encuentra a más de 100 metros de profundidad. Rusia dijo que trabajará con el compartimento de torpedos más adelante y sin ayuda extranjera.
El subjefe de la marina rusa, Mikjail Barskov, dijo que la primera etapa de la operación comenzará entre el 9 y 10 de julio. En tanto, Seumeren informó que la operación de reflotar finalmente el Kursk está prevista para cualquier día entre el 15 al 20 de septiembre. Una compañía rusa proveerá pontones gigantes diseñados especialmente para la ocasión.
La iniciativa de reflotar el Kursk desató una fuerte polémica en todo el mundo, con muchos llamamientos para que el submarino sea enterrado bajo concreto a fin de reducir los peligros que implicarían sus dos reactores nucleares.
Los funcionarios rusos dijeron que decidieron reflotar el submarino para proteger una importante zona internacional de pesca de cualquier riesgo de contaminación proveniente de radiaciones, que según ecologistas podría comenzar a presentarse a medida que se vaya deteriorando la protección del reactor.
Los militares dijeron también que esperaban poder realizar una profunda inspección al Kursk a fin de determinar que causó el accidente, aunque otros funcionarios rusos dudan que los restos del navío arrojen alguna pista a los investigadores.