MADRID.- Un agente de la Policía Nacional murió este martes al hacer explosión un coche-bomba en el suroeste de Madrid, cerca de unas oficinas del Ministerio de Justicia, después de que los servicios de emergencia fueran alertados por una llamada telefónica hecha en nombre de la organización terrorista ETA.
El vehículo, cargado de explosivos, estalló a las 20.30 horas (18.30 GMT) en la calle Ocaña, próxima a la estación del metro del barrio madrileño de Aluche, según fuentes de los servicios sanitarios de emergencia.
La explosión causó heridas leves a siete personas y la muerte casi instantánea del agente Luis Ortiz de la Rosa. Otras cinco personas fueron atendidas por los equipos médicos al sufrir crisis de ansiedad.
Ortiz, de 33 años, casado y con un hijo de año y medio, es la víctima número 32 de ETA desde que la organización terrorista rompió en diciembre de 1999 el alto el fuego unilateral que mantenía desde septiembre de 1998.
Cinco de los heridos fueron trasladados a un hospital de Madrid, entre ellos un matrimonio y dos mujeres de edad avanzada. El agente muerto había acudido a la calle Ocaña tras recibirse en el teléfono de emergencias de la Policía una llamada en la que un comunicante anónimo, en nombre de ETA, anunciaba la colocación de un coche-bomba frente a unas dependencias del Ministerio de Justicia.
El aviso telefónico se produjo 45 minutos antes de la explosión, lo que permitió a la Policía desalojar a los vecinos de la zona y acordonar la calle, evitando que las consecuencias fueran mayores.
El automóvil usado para el atentado fue robado en marzo pasado en Madrid, informaron fuentes de la investigación. Una vecina relató a EFE que oyó una fuerte explosión cuando se disponía a entrar en el portal de su casa y que vio cómo se rompían los cristales de todas las viviendas de la zona y "todo quedaba envuelto en una inmensa humareda. La explosión fue espantosa -añadió la mujer-, no veía más que llamas y humo por todas partes", agregó.
Este atentado tiene lugar en vísperas de que el Parlamento del País Vasco comience mañana sus reuniones para elegir al nuevo presidente del Gobierno regional surgido de las elecciones del 13 de mayo.
Los nacionalistas moderados, que ganaron nuevamente los comicios, pretenden la reelección del actual "lehendakari", Juan José Ibarretxe.
La organización terrorista ETA ha asesinado a unas 800 personas en los últimos treinta años en su lucha por la segregación del País Vasco del Estado español. Tras el atentado de este martes, el presidente del Partido Popular (PP) en el País Vasco, Carlos Iturgaiz, afirmó que con este ataque en Madrid "ETA intenta desmoralizar a todo el país y que haya un sentimiento de que no se puede acabar con esto".
El dirigente del partido gobernante en España advirtió a los etarras que "si creen que colocando coches bomba van a conseguir sus objetivos políticos, se equivocan. El Gobierno de un Estado de Derecho no puede ceder ante los chantajes y amenazas de estos asesinos con los que no vale el diálogo y la negociación", aseveró.
También el 'número dos' del Partido Socialista (el principal de la oposición), José Blanco, expresó su repulsa por el atentado y señaló que "ETA trata de perturbar" con esta acción "el debate de investidura" del Presidente vasco, "no respetando la voluntad de los ciudadanos, expresada recientemente en las urnas".
Blanco se refería a la derrota electoral sufrida por los independentistas de Euskal Herritarrok (EH), el único partido vasco que no condena la violencia de ETA. EH, considerada el brazo político de ETA, pasó en la elecciones de catorce a siete escaños en el Parlamento vasco, integrado por 75 diputados.
Los analistas atribuyen este "castigo" a la cruenta ofensiva terrorista de los últimos meses.
