ROMA.- El Primer Ministro israelí Ariel Sharon partió de Roma este viernes a mediodía al término de una vista de 24 horas al final de la cual dijo que "no negociaremos antes de un retorno total a la calma, por mucho que duren el terrorismo y la violencia".
El jefe de gobierno israelí se reunió con la comunidad judía de Roma, ante la cual afirmó que no negociará con los palestinos "antes de un retorno total a la calma".
Sharon fue recibido por el Gran Rabino de Roma, Elio Toaf, y ovacionado por unas 200 personas.
"Decreté un cese del fuego unilateral, hemos aceptado el plan Mitchell, y el resultado ha sido un nuevo aumento del terrorismo", dijo Sharon. "Hacemos todo lo posible por evitar una escalada y no creo en el peligro de una guerra, pero no haremos nada que ponga en peligro la seguridad de los habitantes de Israel", aseguró.
Sharon había anunciado el jueves en la noche, al término de una cena de trabajo con el presidente del consejo Silvio Berlusconi, que en los sucesivo Israel replicará "en el acto" a los ataques armados palestinos.
Esta misma mañana, blindados del ejército israelí entraron a una zona bajo control palestino en Hebrón, destruyendo dos puestos de seguridad además de bombardear diversos sectores de la ciudad, dejando un saldo de 17 heridos, según fuentes de seguridad y hospitalarias palestinas.
Durante su estadía en Italia, Sharon se reunió también con el presidente Carlo Azeglio Ciampi, el ministro de Relaciones Exteriores Renato Ruggiero y el ministro de Defensa Antonio Martino.
Los interlocutores de Sharon evocaron la posibilidad de mandar observadores europeos para hacer respetar el alto el fuego, pero éste reiteró su oposición a esta idea.
"Una presencia como esa no haría más que entorpecer nuestra acción porque los observadores no podrían informar de preparativos terroristes -secretos por naturaleza- e Israel se encontraría en el banco de los acusados por sus respuestas", declaró Sharon a los periodistas.
El Primer Ministro se mostró particularmente satisfecho de su entrevista con Silvio Berlusconi, un "amigo auténtico de Israel" que "manifestaba simpatía y comprensión" por los problemas del Estado hebreo.