CIUDAD DEL VATICANO.- El Vaticano amenazó hoy con la excomunión al ex obispo Emmanuel Milingo si antes del 20 de agosto no rompe su matrimonio con una mujer coreana, se aleja de la Secta Moon y expresa de manera inequívoca su obediencia al Papa.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, que dirige el cardenal Josef Ratzinger, difundió hoy un comunicado en el que alude al caso de monseñor Milingo, quien a finales de mayo pasado se casó en Nueva York con una mujer coreana en una ceremonia pública y masiva organizada por la secta del reverendo Sun Myung Moon.
Días después de ese acto, el Vaticano retiró a Milingo la dignidad de obispo y le consideró fuera de la Iglesia Católica, después de una trayectoria, en ocasiones polémica, que le había llevado a ser arzobispo emérito (jubilado) de Lusaka (Zambia).
La Congregación de Ratzinger ha intentado sin éxito ponerse en contacto con Milingo para que piense en las "graves" consecuencias de su decisión y ahora, "tras una madura reflexión y por mandato del Pontífice", hace pública su petición de que el ex obispo se separe de su esposa y rompa los lazos con la secta Moon.
También le exige que "declare públicamente su fidelidad a la doctrina y a la praxis eclesiástica del celibato y manifieste su obediencia al Sumo Pontífice con un gesto claro e inequívoco".
En el caso de que ello no ocurra antes del 20 de agosto la Santa Sede procederá a la excomunión, un gesto "doloroso" para la Iglesia, que "reza por el deseado retorno del prelado al abrazo con el Padre común".
Emmanuel Milingo, de 71 años, ha desarrollado una carrera eclesiástica por momentos pintoresca, ya que se hizo famoso por oficiar en Zambia misas masivas en las sanaba a los enfermos con sus exorcismos.
También se ha caracterizado por grabar discos inspirados en la cultura zulú, que le llevaron incluso a actuar en el Festival de Sanremo
Milingo, que a los doce años era analfabeto y a los 39 fue nombrado arzobispo, declaró tras la amenaza inicial del Vaticano que la posible excomunión no significa nada para él y que seguiría oficiando misa todos los días.
Acusó entonces al Vaticano de haberle abandonado, aseguró que él sigue siendo católico y que continuará haciendo lo que Dios quiere, expresión con la que apuntaba la posibilidad de volver a su Africa natal para "renovar" allí a la Iglesia y quizá tener hijos.