ROMA.- El Presidente norteamericano, George W. Bush, quien recibió hoy en Italia un apoyo renovado a su proyecto de defensa antimisiles, espera lograr un rápido acuerdo con Rusia sobre la puesta en marcha de ese sistema y la reducción de armas nucleares estratégicas.
Bush añadió que está dispuesto a que el Pentágono coopere con los aliados europeos de Washington en la construcción del proyecto, pero dijo que es "prematuro" decir cuánto costará o quién participará.
"El desarrollo del sistema puede muy bien entrañar cooperación con nuestros amigos y aliados. Estoy abierto a todo en este asunto", aseguró Bush durante su conferencia de prensa conjunta con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi.
Bush y su colega ruso, Vladimir Putin, anunciaron ayer, domingo, en Génova que integrarán las negociaciones sobre ambos capítulos y que esta misma semana comenzarán en Moscú las conversaciones para definir la forma y calendario de las negociaciones.
El presidente estadounidense recalcó hoy la necesidad de acelerar las negociaciones para llegar a un acuerdo lo antes posible, que es "mi primera prioridad".
"Le dije que el tiempo es esencial", dijo Bush, quien se refirió constantemente a Putin como "mi amigo".
La consejera de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, viajará a Moscú esta semana para iniciar las conversaciones. "Intentaremos fijar cuándo (se inician) las consultas ministeriales, pero no aún las negociaciones", declaró hoy Rice.
Añadió que "hay cierta urgencia", porque EE.UU. quiere acelerar los ensayos del sistema antimisiles "lo antes posible". La progresiva sofisticación de los ensayos pondría a Washington al margen del tratado ABM de 1972, y "no queremos ser acusados de violarlo", recalcó Rice.
George W. Bush comparó positivamente a Putin y a Berlusconi frente a otros dirigentes europeos que se han mostrado muy reticentes o francamente opuestos al proyecto de defensa antimisiles.
Putin "ha sido rápido en entender la noción del cambio de los acuerdos de seguridad. Pero otros... necesitan más tiempo para entender todas las implicaciones de lo que estamos planteando", afirmó.
A Berlusconi le agradeció "su apoyo y resolución mientras otros han sido escépticos".
Al comienzo de su gira por Europa, Bush también valoró la posición del primer ministro británico, Tony Blair, por estudiar la propuesta de EE.UU., frente al rechazo directo de otros dirigentes.
Rice insistió en que el hecho de que el escudo antimisiles haya recibido comentarios positivos de Berlusconi, Blair y otros dirigentes europeos indica que el proyecto está comenzando a ser visto como una idea lógica para el futuro de la defensa.
Berlusconi, por su parte, volvió a insistir hoy en su apoyo al sistema, porque "nuestros potenciales enemigos están en otra parte".
Añadió que, si bien "pasará algún tiempo" hasta que otros países puedan crear armas estratégicas, la posibilidad de esas futuras amenazas "es preocupante".
El primer ministro italiano, respaldando decididamente a Washington, también valoró la forma en que Bush y su gobierno están llevando este asunto con Rusia. "El tema ha sido bien puesto en el camino correcto", aseguró.
Otro punto que ha separado últimamente a EE.UU. de muchos de sus aliados europeos ha sido el del cambio climático y el Protocolo de Kioto, rechazado por el Gobierno de Bush.
Berlusconi también se inclinó del lado de Washington, ya que firmó con Bush una declaración conjunta en la que no se menciona Kioto ni las diferencias entre ambos lados del Atlántico, y en cambio se usa el habitual lenguaje estadounidense acerca de afrontar el problema con "ciencia sólida".