LIMA.- Alejandro Toledo juró este sábado como Presidente de Perú y declaró "una guerra frontal" contra la pobreza, en medio de la esperanza de los peruanos que confían echar a sus espaldas un año turbulento de escándalo de corrupción y crisis económica.
Toledo, de 55 años, en presencia de varios presidentes latinoamericanos, sustituyó al Mandatario interino, Valentín Paniagua, quien reemplazó a Alberto Fujimori en noviembre tras ser destituido por el Congreso por "incapacidad moral".
"Quiero iniciar una guerra frontal contra la pobreza, ese es mi compromiso", dijo Toledo en su primer discurso en el Congreso conformado por 120 miembros, luego de recibir la banda presidencial que le entregó el presidente del Congreso, Carlos Ferrero.
"Hoy se inicia un nuevo amanecer democrático irreversible", afirmó Toledo.
El nuevo Presidente, un economista de marcados rasgos indígenas, es la nueva ilusión de un Perú sumido en una crisis moral y económica que golpea a sus 26 millones de habitantes, de los cuales más de la mitad vive en la pobreza.
Además de los líderes latinoamericanos, asistieron a la toma de mando el príncipe Felipe, de España; el canciller israelí, Shimon Peres; y el vicepresidente de Bolivia, Jorge Quiroga, quien sustituirá al mandatario Hugo Banzer cuando éste renuncie el 6 de agosto debido a un cáncer en el pulmón y el hígado.
Fujimori fue echado por el Congreso tras permanecer una década en el poder, luego que se evidenciaran sobornos que tuvieron como protagonista a su ahora detenido ex asesor de inteligencia, Vladimiro Montesinos.
Toledo dijo en su discurso que en Perú viven 4,5 millones de personas por bajado de la pobreza extrema; uno de cuatro niños menores de cinco años está desnutrido y existe una mortalidad infantil cinco veces más alta que los países vecinos, mientras que un 25 por ciento de la población no tiene electricidad.
"No puedo cerrar mis ojos y mi corazón a este cuadro dramático de pobreza", dijo el Presidente peruano. "Como presidente ratifico ante la nación de cumplir mis promesas electorales con responsabilidad", manifestó Toledo, tras agregar que velará por una eeconomía sana con inflación controlada y disciplina fiscal y monetaria.
Desafíos del nuevo Presidente
Después de su mensaje a la nación en el Congreso, el nuevo Mandatario tenía previsto asistir a una ceremonia en homenaje a seis personas que murieron durante una marcha que él mismo lideró contra Fujimori el 28 de julio del 2000.
Toledo deberá limpiar además la mala imagen de todas las ramas del poder y restituir la confianza pública en Perú, dañada por el escándalo de corrupción que determinó el refugio de Fujimori en Japón, amparado por su doble nacionalidad.
El Presidente, de diminuta figura, prometió durante su campaña electoral que será un mandatario de "todas las sangres" y que revertirá la crisis en Perú que tiene una economía de 54.000 millones de dólares, la séptima de Latinoamérica.
Comparado por sus simpatizantes con Pachacuted, un conquistador Inca, Toledo se convirtió en el presidente número 66 de la vida republicana de este país. Analistas afirman que Toledo no la verá fácil en su gobierno debido a grandes urgencias sociales y amenazas de protestas.
Asimismo, su partido, Perú Posible, no tiene mayoría en el Congreso, pues la segunda fuerza en el legislativo está en manos del APRA, el partido que postuló a su rival, el ex presidente Alan García.
Hace dos días, Toledo designó como primer ministro al abogado y financista Roberto Dañino, y como ministro de Economía al banquero Pero Pablo Kuczynski. Sus nombramientos fueron saludados por los mercados, pero generaron cierto rechazo en los sectores sindicales.
El Presidente participará el domingo en una ceremonía "mágica" en la ciudadela inca de Machu Picchu, en Cusco, al sureste del país, para reinvidicar su origen andino.
La policía peruana informó que para las ceremonias en Lima y Cusco se desplegarán unos 45.000 agentes que cuidarán a los dignatarios y velarán la seguridad en todos los eventos.