TOKIO.- El Primer Ministro japonés, Junichiro Koizumi, quien obtuvo una amplia mayoría en las elecciones al Senado celebradas ayer, anunció hoy la presentación en las próximas semanas de su esperado plan de reformas para estimular la economía nacional, estancada desde hace diez años y actualmente al borde de la recesión.
Koizumi señaló en Tokio que informará a sus compatriotas de lo que no pudo "hacer ni decir durante la campaña electoral" y afirmó que presentará la primera etapa del programa de reformas en agosto, la segunda el próximo otoño y la tercera antes de finales de año.
"Ahora aplicaré los planes sobre reformas fundamentales", prometió Koizumi, quien asumió el cargo de jefe de gobierno el pasado abril en sustitución de Yoshiro Mori. "Si seguimos sin resolver los problemas, habrá más dolor", agregó, señalando que, sin reformas, el país no saldrá de la crisis.
El Partido Liberal Democrático (PLD) de Koizumi obtuvo 64 bancas en las elecciones a la Cámara Alta celebradas ayer, en las que la mayoría estaba fijada en 63 asientos. El premier necesitaba un buen resultado para mostrar al ala conservadora de su partido que el público apoya sus proyectos de reforma.
Gracias al alto nivel de popularidad de Koizumi, el LDP logró hacerse con una mayoría en unos comicios nacionales por primera vez desde las elecciones al Senado de 1992.
Según el secretario general del partido, Taku Yamasaki, el Primer Ministro podría alzarse pronto con un nuevo éxito político, ya que, si no se presenta un rival antes del 9 de agosto, el Primer Ministro pasaría automáticamente a ser presidente del LDP.
Esto le permitiría ampliar en dos años su mandato como jefe de gobierno, ya que el líder del partido asume también la presidencia del gabinete. Actualmente, Koizumi está ejerciendo el mandato iniciado por Mori y que finaliza en septiembre.
Pese a la victoria de Koizumi, la bolsa de acciones de Tokio cerró hoy sus operaciones con una caída del 1,85 por ciento en su principal índice, el Nikkei, que se derrumbó a su nivel más bajo de los últimos 16 años. Según analistas, esto supone un claro llamamiento por parte de los inversores a la actuación política.