NAPLUSA, Cisjordania.- Palestinos enardecidos dispararon al aire y clamaron por venganza el miércoles mientras decenas de miles de personas marchaban por las calles de Naplusa en una ruidosa procesión fúnebre por ocho palestinos muertos en la víspera durante un ataque israelí.
La multitud rodeó los ocho cadáveres apenas los retiraron del hospital y los transportó por las calles en camillas, cubiertos con banderas palestinas. Mujeres y niños lloraban. Muchos agitaban las banderas verdes del grupo extremista Hamas, cuyas oficinas fueron el blanco del ataque.
"No cesaremos en nuestra insurrección", dijo en el funeral Anan al-Atiri, vocero del movimiento Fatah de Yaser Arafat. "Creo que los próximos días serán peores que todo lo anterior".
Los funerales masivos han sido frecuentes durante los 10 meses de violencia, pero el del miércoles fue uno de los más concurridos en tiempos recientes. Las diversas estimaciones extraoficiales hablaron de 20.000 a 100.000 concurrentes.
Las fuerzas de seguridad israelíes advirtieron que los activistas palestinos probablemente tomarían represalias contra Israel. Las autoridades del estado judío defendieron el asalto en Naplusa, que fue objeto de críticas internacionales.
El ataque mató a seis personas en la oficina de Hamas, entre ellos un alto dirigente. Dos hermanos, de 5 y 8 años, fueron acribillados por las esquirlas en la calle.
En ataques anteriores Israel había apuntado a los fabricantes de bombas o a los autores de atentados. El asalto del martes se dirigió directamente a Jamal Mansour, un prominente dirigente de Hamas.
Israel dijo que Mansour era miembro de la conducción de Hamas responsable de 10 atentados con bombas desde noviembre, entre ellos un ataque suicida el 1 de junio que mató a 23 israelíes. Los palestinos sostienen que era un dirigente político.
"Los que dirigen el terrorismo, los que planifican ataques terroristas contra los israelíes, los consideramos responsables y pagarán las consecuencias. Nadie tiene inmunidad", manifestó el ministro del gabinete Ephraim Sneh. "Me alegro de que acertáramos a golpear a la víbora en la cabeza, no en la cola".
El ataque ocurrió un día después de que seis activistas palestinos murieron en una explosión en un taller de repuestos automotrices en las afueras de Naplusa. Todos eran miembros del movimiento Fatah.