WASHINGTON.- La Fuerza Aérea Peruana identificó a un avión de misioneros estadounidenses antes que fuera derribado por error en abril, pero el mensaje nunca llegó a los responsables de decidir si se trataba de un vuelo de narcotraficantes, según un informe divulgado el jueves.
El error fue uno entre varios, agravados por las barreras del idioma y la sobrecarga de comunicaciones, que condujeron a la muerte de la misionera Veronica Bowers y su bebé durante el vuelo sobre el norte de Perú el 20 de abril, reveló el informe conjunto de investigadores peruanos y estadounidenses.
Tras el accidente, Perú y Colombia suspendieron sus programas respaldados por Estados Unidos para la intercepción de vuelos del narcotráfico en Los Andes, aliviando la presión sobre los traficantes de drogas que suministran la mayor parte de la cocaína que se vende en el mercado norteamericano.
El informe, de un equipo liderado por el subsecretario de Estado Rand Beers y el mayor general de la Fuerza Aérea Peruana Jorge Kisic Wagner, no señaló culpables, pero llegó a la conclusión de que las personas que dirigen el programa habían diluido con los años los procedimientos establecidos en un acuerdo de 1994.
En el programa peruano, aviones de vigilancia estadounidenses con personal norteamericano y aeronaves de combate de la Fuerza Aérea Peruana trabajan juntos para lidiar con los vuelos sospechosos sobre la selva.
"Para fines de los años noventa, las referencias a toda la gama de procedimientos (...) se hizo menos detallada y explícita en los documentos implementados", dijo el informe.
"Las limitaciones de idioma de los participantes peruanos y estadounidenses -particularmente bajo estrés- tuvieron un papel en reducir el oportuno flujo de información", agregó.
No había plan de vuelo
"La sobrecarga de los sistemas de comunicación y engorrosos procedimientos tuvieron un papel en reducir el cumplimiento oportuno y preciso de todas las directrices aplicables", agregó.
Otros factores fueron que el piloto del avión de los misioneros, Kevin Donaldson, no presentó un plan de vuelo para su viaje de Islandia a Iquitos y no escuchó mensajes vitales del caza peruano porque su radio VHF estaba apagado.
Pero quizás la mayor sorpresa en el informe es que el copiloto del avión de combate peruano reportó correctamente el número de matrícula del avión de Donaldson -0B-1408- al menos ocho minutos antes de abrir fuego contra los misioneros.
Los tripulantes del avión de vigilancia estadounidense, incluyendo el peruano que viajaba con ellos, no escucharon este mensaje porque estaban entretenidos en otra conversación.
Previamente en el vuelo, el personal peruano en tierra había pedido a los controladores de tráfico aéreo en la región la ubicación del 0B-1408 porque quería asegurarse de que no fuera confundido con un avión sospechoso de transportar drogas.
Pero los controladores de tráfico aéreo dijeron erróneamente que el avión de los misioneros se encontraba todavía en Islandia.
Cuando el avión de combate abrió fuego, Donaldson ya había hablado con la torre de control de Iquitos. Le dijo que el avión militar se encontraba en el área, pero la torre de control no respondió a esa parte de su mensaje.
En varias ocasiones durante el complejo intercambio de mensajes, la barrera del idioma entre los peruanos y los estadounidenses provocó que no recibieran información vital o respondieran a preguntas.
El informe de 12 páginas no hace recomendación alguna sobre el futuro de los vuelos de interdicción.
El ex embajador estadounidense en Colombia Morris Busby está preparando un informe al respecto, pero funcionarios del Departamento de Estado dijeron no saber cuándo estará listo.