BUENOS AIRES.- El Presidente Fernando de la Rúa, acosado por la turbulencia de los mercados financieros, temerosos de una devaluación o cesación de pagos por parte de la Argentina, enfrentará esta semana una sucesión de huelgas y protestas laborales contra sus controversiales programas de austeridad.
El martes y miércoles las organizaciones de desempleados, denominados "piqueteros", realizarán la segunda movilización nacional de protesta contra los programas económicos y sociales del gobierno. Consistirá en el corte de rutas durante 48 horas en más de 50 puntos de la Argentina.
La primera demostración de los "piqueteros", el pasado miércoles, provocó la movilización de miles de desempleados que bloquearon carreteras, aunque sin que se produjeran incidentes.
La izquierdista Central de Trabajadores Argentinos (CTA), una de las tres centrales obreras del país, convocó a un paro general por 24 horas el próximo miércoles, en rechazo de la reducción de salarios estatales y jubilaciones.
Víctor de Gennaro, secretario general de la CTA, acusó el sábado en la noche a De la Rúa y a su ministro de Economía Domingo Cavallo de haber "instaurado un ajuste sin límite, sin piso ni techo, y eso es gravísimo".
Aludía a que las reducciones de sueldos del personal estatal y de las jubilaciones, en principio por encima de los 500 dólares mensuales, dependerá de la recaudación fiscal, que el mes pasado se redujo considerablemente.
Ello significa, según De Gennaro, de que el recorte podría ser mayor en los meses siguientes y que ningún agente estatal o pensionado sabrá a ciencia cierta, en el futuro, cuánto le tocará percibir.
Marta Maffei, secretaria de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la Argentina (CTERA) y dirigente de la CTA, declaró que "el gobierno ha decidido pagar a sus trabajadores o a sus jubilados en la medida de su recaudación, y todos sabemos que cada mes hay menos recursos. A fin de año la caída acumulada de la recaudación será del 26%, y en un nivel similar estará el recorte de salarios y haberes jubilatorios".
Se estima que el paro de la CTA afectará particularmente al personal estatal y al gremio de maestros, sus dos puntales.
Las otras dos centrales sindicales, resultantes de la división de la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), están organizando un paro general conjunto antes de fin de agosto.
Los "piqueteros", un nuevo movimiento social espontáneo que ha sorprendido a los observadores y desconcertado a los sectores políticos, reclaman puestos de trabajo y mayor ayuda social. También rechazan las medidas de austeridad gubernamentales.
Los desempleados elaboraron un programa de protestas que comprenderá un tercer corte de rutas, esta vez por 72 horas, a partir del 14 de agosto.
El viernes la policía detuvo a unos 60 integrantes del "Movimiento Teresa Rodríguez", sector radicalizado de los piqueteros, que horas antes se habían apoderado del ministerio de trabajo de la provincia de Buenos Aires, en la ciudad de La Plata, a 50 kilómetros al sur. Exigían el pago demorado de subsidios a los desempleados.
La detención fue resistida y hubo choques con la policía.
Manuel Roberto Martino, dirigente del grupo, es acusado junto con sus partidarios de "daño calificado, coacción agravada en concurso con atentado a la autoridad y resistencia as la autoridad, con lesiones".
