JERUSALÉN.- Aviones de combate israelíes F-16 lanzaron el viernes en la madrugada dos misiles contra un cuartel de la policía palestina en la ciudad cisjordana de Ramallah, informaron fuentes de los servicios de seguridad palestinos.
El cuartel policial estalló en llamas, pero no hubo informes inmediatos de bajas. Muchos policías palestinos fueron evacuados de sus cuarteles por temor a más ataques.
La acción, que no fue confirmada de inmediato por Israel, siguió a un atentado que causó la muerte a por lo menos 15 personas y heridas a 90, cuando un militante suicida detonó una bomba el jueves en una pizzería de Jerusalén atestada con familias.
Policía israelí ocupó sede de la ANP en Jerusalén
En tanto la policía israelí ocupó esta madrugada la Casa de Oriente, sede oficiosa de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Jerusalén y símbolo de la disputada soberanía sobre la ciudad santa.
En la ocupación de la Casa de Oriente, confirmada por fuentes israelíes y palestinas, fueron detenidos siete palestinos encargados de la custodia del edificio.
La Casa de Oriente ha servido como sede oficiosa de las autoridades palestinas y, de hecho, ha acogido en varias ocasiones visitas de representantes internacionales y de diferentes países.
Esta representación palestina se ha mantenido pese a la ocupación de Jerusalén Este, que los palestinos reclaman como capital de su futuro estado frente a la pretensión israelí, no reconocida internacionalmente, de tener como capital "única e indivisible" a todo Jerusalén.
La ocupación de la Casa de Oriente se produjo poco después de que aviones israelíes bombardearan varios edificios de la ANP en Ramala, aunque no se produjeron víctimas.
Tanto una como otra acción se producen como represalia por el atentado perpetrado el jueves por un terrorista suicida del grupo islámico Hamas en un restaurante de Jerusalén, que acabó con la vida de al menos 15 personas.
Seis niños israelíes, un hombre de nacionalidad brasileña, una mujer estadounidense y cinco miembros de una misma familia se encontraban entre las víctimas mortales del peor atentado llevado a cabo en Jerusalén desde que comenzó el levantamiento palestino contra la ocupación israelí hace 10 meses.
La explosión destruyó el establecimiento de la pizzería Sbarro durante la concurrida hora del almuerzo, lanzando vidrios, trozos de metal y cuerpos a la calle.
El portavoz del gobierno israelí, Dore Gold, dijo que 18 personas habían muerto, pero la policía luego redujo la cifra a 15.
Dos grupos militantes musulmanes, Yijad Islámica y Hamas, se atribuyeron la responsabilidad por el atentado, que dijeron era una venganza por el ataque israelí con misiles que mató a ocho palestinos en la ciudad cisjordana de Naplusa el 31 de julio, incluyendo a dos dirigentes de Hamas.
"Escuchamos un gran estallido y vimos gente tirada por todos lados", dijo Lital Deri, una joven que se encontraba en el sitio del atentado.
"Vi cómo un soldado volaba por el aire. La gente corría por todos lados, con sangre sobre sus cuerpos", agregó.
Varios cadáveres yacían esparcidos en el piso del restaurante tras la explosión. Otras víctimas, cubiertas de sangre, fueron llevadas en camilla a centros asistenciales.
Pocas horas después del ataque, palestinos armados mataron a dos israelíes --uno de ellos un soldado-- en tiroteos separados ocurridos en Cisjordania.
Los hechos profundizaron el ciclo de violencia que ha provocado la muerte de más de 650 personas, incluyendo 500 palestinos y unos 150 israelíes, desde que comenzó en septiembre la "Intifada" palestina contra la ocupación israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza.
Consternación internacional
El Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, condenó el atentado y dijo que el líder palestino, Yasser Arafat, debía actuar ahora y arrestar a los responsables y tomar medidas inmediatas para impedir futuros ataques.
El secretario norteamericano de Estado, Colin Powell, habló telefónicamente con Arafat y pidió que ambas partes mostraran moderación.
Arafat, bajo dura presión mientras los líderes israelíes se reunían para analizar su respuesta al atentado, deploró el ataque y urgió a Israel a implementar una tregua delineada por una misión encabezada por Estados Unidos.
"Denuncio el ataque con bomba que ha tenido lugar en Jerusalén occidental y denuncio todos los actos que lastiman a civiles", dijo Arafat a Reuters.
"Hago un llamado al gobierno israelí a hacer inmediatamente una declaración conjunta de alto el fuego y comenzar a implementar las recomendaciones de Mitchell bajo supervisión internacional", agregó, aludiendo a un plan propuesto por un panel encabezado por el ex senador estadounidense George Mitchell.
Israel responsabiliza a Arafat
Israel no respondió de inmediato al llamamiento de Arafat, pero funcionarios lo tomaron fríamente en privado.
"Arafat está intentando impedir una respuesta israelí (al atentado). Si él realmente quiere una tregua él debe impedir a los terroristas del Hamas y de Yijad islámico", dijo una fuente diplomática de alto rango.
Pero el portavoz gubernamental israelí responsabilizó al líder palestino por el ataque.
"Yasser Arafat fracasó finalmente en cumplir los términos de este cese el fuego y como resultado tenemos 18 israelíes muertos", dijo Gold.
Gold no dijo cómo respondería Israel al atentado, pero agregó: "Es deber del gobierno de Israel defender al pueblo de Israel y estoy seguro de que eso es precisamente lo que hará ahora Israel".