"La condición de la flota aérea militar se está deteriorando", dijo Kornukov en una entrevista con el diario oficial del Ejército, "Krásnaya Zvezdá" (Estrella Roja).
El general afirmó que su "dolor de cabeza número uno" actualmente es el envejecimiento de la flota "a ojos vistas", al que atribuyó el aumento de accidentes en los últimos tiempos, con la pérdida de ocho aviones en lo que va de año.
La situación es tan penosa que muchas veces los pilotos vuelan "únicamente con un ala y oraciones", dijo dramáticamente al señalar que menos del cinco por ciento de los aviones de la flota pueden ser catalogados como modernos.
Kornukov se quejó de la falta de financiación presupuestaria y dijo que sólo en piezas de repuesto se necesitarían al menos 400 millones de dólares inmediatamente.
Al menos 49 de los 115 aeródromos militares del país están faltos de combustible para realizar las operaciones más perentorias, afirmó para subrayar que así "no podemos enviar al cielo pilotos jóvenes" mientras los antiguos "se van haciendo viejos".
Las declaraciones de Kornukov se publicaron la víspera del décimo aniversario del fallido golpe de Estado contra el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y cuatro días después de la celebración de una exposición de la industria aeronáutica rusa.
La feria, cuya inauguración fue televisada en directo y contó con la presencia del presidente Vladímir Putin, se organizó como muestra de la voluntad rusa de impulsar su tecnología más avanzada.
Entre los aparatos de última generación que hicieron vuelos de exhibición figuraron el helicóptero Kamov-50 "Black Shark" (tiburón negro) y el caza MiG-37 "Berkut" (águila real), ambos de tecnología "stealth" o invisibles para las defensas enemigas.
Pero la crónica escasez de fondos para investigar y desarrollar la industria se hizo patente al conocerse que del MiG-37 sólo existe un ejemplar y nadie sabe cuándo podrán fabricarse más.