BERLIN.- Alemania y Francia confían en que la economía empiece a recuperarse en la segunda mitad del año, pese a que la debilidad actual es más grave de lo que se pronosticaba hace sólo unos meses.
Los ministros de Finanzas de Alemania, Hans Eichel, y de Francia, Laurent Fabius, reunidos hoy, viernes, en Berlín en el consejo financiero germano-francés, reconocieron que la debilidad económica en Estados Unidos ha resultado más duradera de los que se preveía, con las consecuentes repercusiones en Europa.
En una rueda de prensa celebrada al término de la reunión, en la que también participaron los respectivos gobernadores de los bancos centrales, ambos ministros hicieron un balance negativo de la actual situación económica, pero ninguno de los dos dejó de mostrarse optimista respecto a que la recuperación está en puertas.
"El clima internacional es para todos igual y actualmente no es bueno. La economía en Estados Unidos va mal y en Japón está prácticamente por los suelos", comenzó Fabius su sombrío análisis, no sin añadir que dentro de este contexto Francia se ha mostrado "resistente".
El ministro galo explicó que los últimos pronósticos prevén para su país un crecimiento en este año del 2,3 por ciento, un punto menos de lo que se esperaba.
No obstante, añadió, la inflación está bajo control, el poder adquisitivo es bueno y ello permite deducir que en el próximo año la expansión económica será "algo superior".
Eichel, por su parte, admitió que la economía alemana está más débil que la de Francia pero no quiso hacer un pronóstico inmediato sobre el crecimiento en este año, si bien reconoció que será inferior al dos por ciento previsto por el Gobierno.
De cara al próximo año, el ministro alemán auguró una nivelación de las dos economías.
Los gobernadores de los respectivos bancos centrales, el alemán Hans Welteke y el francés, Jean-Claude Trichet, avalaron las previsiones de los ministros y resaltaron la buena evolución de los precios, lo que, según el presidente del Bundesbank, ofrece "buenas condiciones" para que la coyuntura mejore en la segunda mitad del año.
Aunque en la agenda de trabajo también estuvo la ampliación europea, los ministros apenas entraron en detalles sobre lo hablado y Eichel constató que entre Francia y Alemania hay plena coincidencia de opiniones y que habrá que entablar un profundo diálogo sobre el futuro de los fondos estructurales y la política agraria.
El titular alemán insistió, sin embargo, en que las negociaciones para la ampliación no deben quedar lastradas por reivindicaciones de cara al marco financiero de la UE para el periodo posterior al año 2006, un nuevo guiño a España que en su momento exigió fijar el volumen de los fondos antes del ingreso de los nuevos miembros.
Otro de los asuntos que aunque no centró la reunión sí salió a relucir en la conferencia de prensa fue la llamada tasa Tobin, un gravamen a las transacciones financieras internacionales que exige el movimiento antiglobalización y que el primer ministro francés, Lionel Jospin, ve positivamente.
Fabius no quiso criticar abiertamente a su primer ministro y afirmó que los objetivos de este tipo de gravámenes, frenar la especulación en los mercados financieros y buscar nuevos fondos para la ayuda al desarrollo, son legítimos.
El ministro explicó que será un tema que se tratará en el próximo Ecofin que se celebrará a mediados de septiembre en Lieja (Bélgica).
Sin embargo, añadió que "existen muchas fórmulas" para lograr los citados objetivos, no sólo con la tasa Tobin.
Explicó también que su propuesta de establecer un impuesto a las exportaciones de armas debe interpretarse como un instrumento adicional y no excluyente.
Eichel, por su parte, dejó claro su "gran duda" respecto a que esta tasa sea realizable, pues al menos debería ser utilizada en los principales mercados financieros y eso es algo difícil.