DURBAN.- Estados Unidos e Israel se retiraron airados el lunes de una conferencia de las Naciones Unidas sobre racismo, en protesta por intentos de varios delegados de señalar al estado judío como racista.
"Hoy, he dado instrucciones a nuestros representantes en la conferencia mundial de regresar a casa", dijo el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en un comunicado emitido simultáneamente en Washington y en Durban, Sudáfrica, donde la conferencia se encontraba en su cuarto día.
Powell afirmó que las conferencias no pueden combatir el racismo redactando declaraciones con un lenguaje de odio que es un retroceso a la época en que la ONU igualaba el sionismo -la doctrina tras el reclamo israelí al derecho a tener un territorio- con el racismo.
Powell condenó los intentos por acusar a "sólo un país en el mundo, Israel, de censura y abuso".
Israel siguió rápidamente el ejemplo de Estados Unidos, anunciando en Jerusalén que también se retiraba de la reunión, que se prolongará hasta el viernes.
En Jerusalén, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Shimon Peres, declaró a los periodistas: "Hemos dado instrucciones a nuestra delegación en Durban de regresar a casa. Lamentamos mucho el estrafalario espectáculo en Durban. Una convención importante que se suponía defendiera los derechos humanos se convirtió en una fuente de odio".
Peres calificó las actividades que se llevan a cabo en la conferencia de "un increíble intento de calumniar a Israel".
La Naciones Unidas convocaron la conferencia con el fin de elaborar una estrategia internacional para combatir el racismo en todo el mundo, pero la atención se concentró fuertemente en el Oriente Medio.
La presión por tratar el conflicto palestino-israelí se intensificó con 11 meses de violencia que comenzaron tras el colapso de las conversaciones de paz entre ambas partes.
Más de 700 personas -551 palestinos y 157 israelíes- han muerto desde el comienzo de la revuelta palestina en septiembre pasado, tras el estancamiento de las conversaciones de paz.
SUDAFRICA EXPRESA PESAR
Sudáfrica, anfitriona de la conferencia, orgullosa de su transición del segregacionista apartheid a una sociedad multirracial, calificó la retirada de Estados Unidos de "desafortunada e innecesaria".
Por su parte, un portavoz de la Oficina de Relaciones Exteriores de Gran Bretaña dijo a Reuters en Durban que la Unión Europea no tenía planes de retirarse.
"Esta conferencia es una oportunidad de lidiar con el racismo y la xenofobia en el mundo. El problema del Oriente Medio no debió ser importado a la conferencia", agregó.
Los diplomáticos trataron desesperadamente de encontrar un terreno común entre Israel y Estados Unidos, que objetó enérgicamente los borradores de declaraciones, y los estados árabes e islámicos que querían que se condenara la acción israelí en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Los borradores de los documentos de la conferencia catalogan el trato de Israel a los palestinos en los territorios ocupados como un "nuevo apartheid" y un "crimen contra la humanidad".
Noruega, que medió los acuerdos provisionales de paz suscritos en 1993 entre los palestinos e Israel, ha recibido peticiones en Durban para que trate de moderar las exigencias árabes e islámicas en torno a una condena de Israel.
Estados Unidos e Israel habían dicho que podrían simplemente abandonar la conferencia. Powell se mantuvo al margen de la disputa.
Previamente el lunes, Israel acusó a sus crticos árabes e islámicos de acusarlos de promover el odio racial y pretender "secuestrar" la conferencia para fines políticos.
En su discurso ante la conferencia, el embajador Mordechai Yedid dijo que referencias a Israel en los proyectos de resolución fueron "las declaraciones más racistas por parte de un importante organismo internacional desde la Segunda Guerra Mundial".
