JERUSALEN.- Tras una oleada de ataques dinamiteros en Jerusalén, el ministro israelí de Relaciones Exteriores Shimon Peres y el líder palestino Yasser Arafat trataban el miércoles de programar conversaciones para una tregua, pero no han fijado lugar ni fecha. Ambos han estado hablando de la reunión durante más de dos semanas, pero sus esfuerzos no han cristalizado debido a tensiones políticas y a la violencia. Cinco bombas han estallado en esta ciudad en dos días, incluida la que portaba un atacante suicida palestino que lo mató a él y dejó heridas a 20 personas el martes. Peres y Arafat acordaron asistir a una conferencia económica internacional que comienza el viernes a orillas del Lago Como, en Italia. Ambas partes han considerado la posibilidad de reunirse en algún momento al margen de la conferencia, pero Peres dice que preferiría un sitio menos público. "Trataremos de continuar nuestros esfuerzos para lograr una tregua", dijo Peres a la radio israelí. "Los preparativos continúan, y también desearíamos reunirnos en un sitio más aislado, lejos de tantas cámaras de televisión y de los periodistas". El vocero de Arafat, Nabil Aburdeneh, dijo que la fecha de la reunión probablemente no será fijada hasta después de la reunión de los ministros árabes el domingo en El Cairo. Fuentes palestinas que hablaron a condición de permanecer en el anonimato dijeron que Taba, Egipto, podría ser sede de las conversaciones. Arafat visitó escuelas primarias en la ciudad de Gaza, pero no se refirió a una reunión con Peres. Denunció "la intensificación de medidas militares contra nuestro pueblo y el muy peligroso asedio contra nuestras ciudades y poblaciones". "Izaremos la bandera palestina en los muros de Jerusalén, le guste o no a la gente", agregó, en referencia a la demanda palestina de que el este de Jerusalén sea su futura capital. Peres y Arafat se han reunido un par de veces en meses recientes, pero no han logrado detener la violencia, que está ya en su 12 mes. Las posibilidades de un acuerdo son ínfimas, pero no hay ninguna otra iniciativa diplomática en estos momentos. En el atentado del martes, el palestino suicida se había disfrazado de judío ortodoxo y llevaba una bomba que contenía clavos en una mochila en la espalda. Dos policías fueron alertados por un transeúnte, y persiguieron al palestino. Uno de los policías sufrió heridas leves y el otro de gravedad en la explosión que destrozó el cuerpo del atacante suicida. Nadie se adjudicó la responsabilidad del atentado, aunque una familia palestina que vive en la población cisjordana de Aboud, enclave de militantes, dijo que sospechaba que su hijo mayor pudo ser el atacante. Raed al Barghouti, de 26 años, no ha sido visto en dos días. Los soldados confiscaron pertenencias de Barghouti, quien era maestro de religión en una escuela primaria local.