WASHINGTON.- El Presidente norteamericano, George W. Bush, dio este miércoles una cálida bienvenida a su homólogo mexicano, Vicente Fox, al afirmar que para Estados Unidos "no existe una relación más importante en el mundo" como la que tiene con México.
"El punto de partida para tener unas buenas relaciones exteriores es tener un buen vecindario", dijo Bush en los jardines de la Casa Blanca al honrar a Fox con el protagonismo de la primera visita de estado que concede desde que asumió el cargo en enero.
Fox, citando la frase de Benjamin Franklin de que "un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo es siempre un hermano", reiteró la necesidad de resolver el problema de los inmigrantes mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos, y por primera vez habló de un plazo: antes de fines de este año.
"Ha llegado la hora de dar a los migrantes y sus comunidades el lugar que les corresponde en la historia de nuestras relaciones bilaterales", dijo Fox. "Ambos países les debemos mucho".
Fox fue recibido con los mismos honores que en octubre de 1998 deparó el entonces Presidente Bill Clinton para el Mandatario de Colombia, Andrés Pastrana, quien fue tomado entonces como un vendaval de aire fresco que reemplazó a un gobierno plagado por acusaciones de narcotráfico.
El protocolo empezó a la hora puntual: 10 de la mañana. Bush y su esposa Laura salieron a los jardines y un minuto después arribó Fox en compañía de su esposa Martha Sahagun. Bush presentó a Fox a algunos presentes y sonaron entonces las notas del himno nacional mexicano mezcladas con una salva de cañonazos de la infantería de marina.
En una mañana soleada, casi otoñal, ambos pasaron revista a formaciones de los institutos armados. Los dos recibieron aplausos mientras recorrían el perímetro de los jardines, bordeado por las tropas y el público.
Luego de la ceremonia ambos pasaron a la Oficina Oval, el despacho de Bush, para empezar a dialogar sobre una agenda bilateral que incluye el tema de la regularización del estado de millones de mexicanos que viven y trabajan en Estados Unidos.
La solución a este problema había generado grandes expectativas y se daba por hecho que sería anunciada en esta reunión. Pero los negociadores, que han estado hablando del tema en los últimos seis meses, se encontraron con un problema que no es fácil.
El secretario de Estado Collin Powell ha dicho que "no hay prisa" de parte de Estados Unidos para encontrar una solución apremiada al estado migratorio de por lo menos 3 millones de mexicanos. Bush ha dicho a Fox que no hay interés en el Congreso para una amnistía general, similar a la de 1986.
Por lo menos unas 2.000 personas siguieron el desarrollo de la ceremonia que duró 35 minutos y siguió los cánones de rituales que poco han cambiado en los últimos 200 años. Entre los asistentes figuraban miembros de los gabinetes, embajadores y unos cuantos afortunados turistas que visitaban en esos momentos la mansión presidencial.
Bush y Fox sostendrán más tarde una sesión conjunta de sus gabinetes, y el Presidente mexicano hablará también ante el Congreso y por la noche se volverán a reunir en una cena de estado.