WASHINGTON.- Las autoridades informaron el miércoles que han identificado a varios terroristas suicidas que secuestraron aviones comerciales para atacar en Nueva York y Washington y algunos de ellos han sido entrenados como pilotos en los Estados Unidos.
Indicaron también que el gobierno dispone de "evidencia creíble" de que la Casa Blanca y el avión presidencial Air Force One figuraban entre los objetivos de los terroristas.
La información fue proporcionada por el secretario de Justicia John Ashcroft y el director del FBI Robert Mueller, en una rueda de prensa en la que prometieron hablar "solamente de hechos" y no de especulaciones.
Ashcroft declaró que estos resultados iniciales eran el fruto de una de las más amplias investigaciones que se hayan realizado en la nación, con la participación de unos 7.000 investigadores.
"Algunos de los sospechosos secuestradores fueron entrenados como pilotos en los Estados Unidos", dijo Ashcroft.
Mueller dijo que el FBI ha movilizado a 4.000 agentes especiales y 3.000 miembros del personal de apoyo. Otros 400 expertos en análisis de laboratorio han sido enviados a los escenarios de Nueva York, Pennsylvania y el Pentágono, donde se han estrellado los aviones usados en los ataques.
Señaló que en las últimas 24 horas, las investigaciones se han orientado hacia dos objetivos. El primero, determinar la identidad de los secuestradores de cada uno de los aviones, y el segundo, identificar a quiénes fueron sus colaboradores.
"Habiendo identificado a los secuestrados de cada uno de los aviones, hemos buscado subsecuentemente que identificar a cualquiera de sus colaboradores que aún pudiera estar en los Estados Unidos", dijo.
Indicó que también han sido identificados, principalmente en las ciudades de origen de los vuelos varios individuos sobre los cuales se cree que pudieran tener alguna relación con los secuestradores. "Estamos siguiendo las pistas agresivamente", dijo.
Ashcroft dijo que no podía dar los detalles de la operación. Indicó que entretanto se seguirán oyendo algunas versiones sobre las pesquisas que no necesariamente eran ciertas.
Versiones previas atribuidas a fuentes informadas dijeron que varias personas fueron detenidas estarían vinculadas al exiliado saudí Osama bin Laden, que tiene una organización islámica militante y vive bajo el amparo de Afganistán.
Mueller indicó que un escuadrón del FBI contra el terrorismo está recopilando información sobre los pasajeros de los aviones secuestrados, recibos de carros alquilados, registros de llamadas telefónicas y cintas de video de los garajes de estacionamiento en todos los escenarios posibles.
Según Ashcroft, en las investigaciones se ha puesto a disposición todos los recursos del FBI, la división contra el crimen en el Departamento de Defensa, las oficinas de los fiscales federales, el servicio de inmigración y otras dependencias. Adicionalmente, participan, la Adminitración Federal de Aeronáutica, la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional, la agencia de inteligencia de la defensa nacional y el Pentágono.
Casa Blanca y avión presidencial también eran blancos
La Casa Blanca y el avión presidencial "Air Force One" eran también blancos de los ataques terroristas, dijo un portavoz oficial el miércoles.
"Tenemos información específica y creíble de que ambos eran blancos de los ataques y que el avión que se estrelló en el Pentágono quizás estaba dirigido a la Casa Blanca", dijo Sean McCormack, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
La Casa Blanca confirmó las versiones de que la mansión presidencial y el avión presidencial habían sido amenazados.
Ello explicaría por qué Bush no regresó el martes a Washington directamente desde Florida para hacerse cargo de la crisis desde la Sala de Situación, en el sótano de la Casa Blanca.
Bush, quien había viajado a Sarasota, Florida, para pronunciar un discurso sobre educación, primero fue a una base de la Fuerza Aérea en Luisiana y luego a otra en Nebraska antes de regresar a la Casa Blanca al anochecer.
Su avión 747, que operó como una Casa Blanca en el aire, viajaba escoltado por aviones militares.
La trayectoria de Bush generó algunas críticas, pero hasta la tarde del miércoles la Casa Blanca no había dicho por qué Bush había viajado de un sitio a otro.
En medio del caos, el secretario de Prensa de la Casa Blanca, Ari Fleischer, parecía incómodo con la imagen de que el Presidente estuviese oculto y no asumiendo el control de la situación.
Al mediodía del martes, cuando el avión presidencial despegaba de Luisiana, Fleischer dijo a los reporteros: "El Presidente desea regresar a Washington. El es consciente de que en un momento como este debe ser cauto, pero desea regresar a Washington".
Horas antes del regreso de Bush, la Casa Blanca fue evacuada y agentes del Servicio Secreto provistos de fusiles automáticos impedían el paso en un perímetro de dos calles a la redonda.
El vicepresidente Dick Cheney y Condoleezza Rice, asesora de seguridad nacional, acompañados de algunos colaboradores, eran los únicos que permanecían en la Casa Blanca.
Estaban todos en la Sala de Situación, en contacto con Bush vía telefónica y videoconferencia.
Durante el transcurso del martes, las imágenes del Pentágono en llamas y de empleados de la Casa Blanca corriendo por la Avenida Pennsylvania ofrecían un severo contraste con la imagen de Bush en un pequeño búnker en la base Offutt de la Fuerza Aérea en Nebraska.
Cuando Bush llegó a Washington, abordó un helicóptero en la base Andrews de la Fuerza Aérea en Maryland y se dirigió al Jardín Sur de la Casa Blanca, protegido por tres helicópteros de la Armada.
El miércoles, las medidas de seguridad eran extraordinarias en la base Andrews, donde se hospeda la flota aérea presidencial.
La puerta principal de la base estaba bloqueada por un camión y un autobús, y los guardias estaban armados con ametralladoras.