BOGOTA.- Organismos de investigación de Colombia denunciaron el lunes la existencia de un plan estratégico de la principal fuerza guerrillera izquierdista de este país para atacar intereses de Estados Unidos, inclusive en su propio territorio.
La denuncia fue hecha basada en una comunicación radiotelefónica interceptada recientemente al jefe militar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Jorge Briceño, alias el "Mono Jojoy".
"Nuestra lealtad es ser anti-imperialistas teóricos y prácticos. Combatirlos (a Estados Unidos) donde quiera que estén, hasta llegar a su propio territorio y hacerles sentir el dolor que ellos le han ocasionado a otros pueblos", dijo el líder rebelde.
La grabación de la comunicación obtenida por Reuters, se conoció en momentos que Estados Unidos se prepara militarmente para lanzar lo que denomina una campaña internacional contra el terrorismo.
Los preparativos comenzaron luego de que aviones repletos de pasajeros embistieron las Torres Gemelas del World Trade Center, en Nueva York, y la sede del Pentágono, en Washington, ataques de los que Estados Unidos responsabilizó al militante islámico Osama Bin Laden, quien al parecer está refugiado en Afganistán.
La comunicación también se conoció a dos semanas de que el gobierno del presidente Andrés Pastrana decida si prorroga la vigencia de un enclave rebelde de 42.000 kilómetros cuadrados creado a finales de 1998 y que sirve de sede para una lenta negociación de paz.
Las FARC plantean frente contra el imperialismo
"Formar un gran frente contra el imperialismo y los gobiernos sumisos y entreguistas que los apoyan. Seguirá siendo una lucha larga y sangrienta que los pueblos nos veremos obligados a hacerla hasta conquistar nuestros derechos... y jamás doblegarnos ante los gringos u otros invasores", agregó el líder.
La negociación de paz entre el gobierno y las FARC, el grupo rebelde activo más antiguo del continente - con 17.000 combatientes - no ha arrojado ningún resultado concreto.
Las fuerzas armadas de Colombia acusan a las FARC de usar la zona desmilitarizada para preparar ataques contra pueblos y bases militares, esconder secuestrados, entrenar combatientes y realizar actividades de narcotráfico y tráfico de armas.
Sin embargo, las FARC -que en el pasado han atacado intereses de Estados Unidos en Colombia, como empresas petroleras- niegan esas acusaciones y aseguran que se trata de calumnias para entorpecer las negociaciones de paz con las que se busca poner fin a una guerra interna de 37 años.
Estados Unidos apoya las gestiones de paz de Pastrana, pero no participa directamente en ellas, en represalia por el secuestro y posterior asesinato a comienzos de 1999 de tres indigenistas estadounidenses a manos de las FARC.
Las FARC, que no atacan objetivos civiles en forma indiscriminada, condenaron los recientes ataques contra Estados Unidos, que dejaron unas 6.700 personas muertas o desaparecidas, pero acusaron a Washington de haberlos provocado.
Las FARC y el más pequeño Ejército de Liberación Nacional (ELN), así como los paramilitares de ultraderecha agrupados en las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), figuran en la lista de grupos terroristas del gobierno de Estados Unidos.
Algunos analistas admiten la posibilidad de que en el futuro Estados Unidos apoye una ofensiva abierta contra esas organizaciones ilegales armadas, que combaten en medio del conflicto interno del país que cobró la vida de 40.000 personas, la mayoría civiles, en la última década.