WASHINGTON.- El secretario del Tesoro Paul O'Neill dijo el miércoles que el Presidente George W. Bush desea que el Congreso apruebe un plan de estímulo económico de entre 60.000 millones y 75.000 millones de dólares, para evitar una recesión que se desencadenaría en parte por los ataques terroristas del mes pasado.
O'Neill dijo ante la Comisión Financiera del Senado, en un testimonio preparado, que calcula que la economía se contraerá en el actual trimestre, pero que podría evitarse un desempeño similar en el cuarto trimestre si se recupera la confianza de los consumidores.
"La profundidad de esta contracción, así como el ritmo en que la economía vuelva a una tasa saludable de desarrollo, dependerán en gran medida de qué tan rápido los consumidores recuperarán la confianza y de nuestro éxito en incorporar nuevas medidas de protección contra actos terroristas sin reducir la productividad", dijo O'Neill.
Señaló que el Presidente le pidió cooperar con el Congreso en el desarrollo de un plan de estímulo fiscal adicional para el 2002 de entre 60.000 millones y 75.000 millones de dólares.
La medida podría aumentar los estímulos totales aprobados por el gobierno desde los ataques a más de 100.000 millones de dólares, cifra que según muchos economistas es necesaria para tener algún efecto.
El Congreso había aprobado ya 40.000 millones de dólares en un plan de gastos de emergencia y 15.000 millones en un paquete de ayuda para las aerolíneas.
O'Neill no ofreció exenciones fiscales específicas ni propuestas de gasto, pero sí dijo que cualquier plan de estímulo deberá restaurar la demanda de los consumidores, fomentar la inversión empresarial y ayudar a los afectados por los ataques. Sugirió que el plan debe concentrarse en soluciones a corto plazo para evitar problemas fiscales futuros.
"El Presidente cree, y parece haber un amplio consenso bipartidista en el Congreso, que debemos evitar poner demasiada presión sobre las tasas de interés a largo plazo", dijo O'Neill.
Entre las opciones contempladas está una nueva ronda de deducciones fiscales, quizás a tiempo para la temporada navideña, así como una variedad de exenciones fiscales para empresas y asistencia para los desempleados.
El Congreso se alistaba también para escuchar nuevamente este miércoles al presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, quien ya ha exhortado a que se tome un enfoque moderado al evaluar el impacto de los ataques terroristas.