ISLAMABAD/WASHINGTON.- Estados Unidos envió el viernes tropas a Uzbekistán mientras sus aliados preparaban al mundo para un ataque militar contra los gobernantes Talibán de Afganistán y contra el hombre que protegen, el militante islámico Osama bin Laden.
Un oficial estadounidense de Defensa dijo que 1.000 soldados de la Décima División de Montañeros de Estados Unidos estaba en camino hacia Uzbekistán, un país de Asia central que por el norte limita con Afganistán.
El oficial, que habló con la agencia Reuters en Tashkent, la capital de Uzbekistán, acompaña al secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, en su viaje a ese país.
El Presidente de Uzbekistán, no obstante, dijo que permitiría el uso de un aeropuerto para aviones de carga y el paso de tropas estadounidenses únicamente para propósitos humanitarios.
El Presidente Islam Karimov dijo que su país se oponía a cualquier ataque militar contra el vecino Afganistán y que no permitiría el desplazamiento de fuerzas para operaciones especiales de Estados Unidos en Uzbekistán.
Mientras tanto, el embajador del Talibán en Pakistán dijo que su gobierno estaba preparado para someter a juicio a Bin Laden si se recibían pruebas sólidas de su implicación en los atentados contra Estados Unidos el mes pasado.
Estados Unidos dijo que no mostrará sus pruebas al Talibán y que la entrega de Bin Laden no es negociable.
Aumentando la presión diplomática contra el Talibán y Bin Laden, Rumsfeld y el Primer Ministro británico Tony Blair viajaban de nación a nación en búsqueda de más apoyo para la "guerra contra el terrorismo" del Presidente George W. Bush.
Al mismo tiempo, Bush ordenó 320 millones de dólares en ayuda humanitaria de emergencia para la población civil de Afganistán, como parte de una aparente operación dirigida a los corazones y mentes de todo el mundo, de que la guerra contra el terrorismo no va dirigida al pueblo afgano.
Funcionarios del Pentágono dijeron que los militares estadounidenses trabajaban en planes para lanzar por paracaídas raciones de alimentos para miles de desplazados afganos, al mismo tiempo que robustece sus fuerzas para un posible ataque contra sus gobernantes talibanes.
"Esta es nuestra manera de decir que muy firme y fuertemente nos oponemos al régimen Talibán", dijo Bush en un discurso en el Departamento de Estado.
El flujo diplomático y militar en los alrededores de Afganistán incrementó la especulación de que la próxima fase de la tragedia que se inició el 11 de septiembre con los ataques suicidas en Nueva York y Washington, se realizará en ese escenario en los próximos días.
La pregunta que se mantiene en muchos labios es cuándo Bush enviará a la acción el mayor contingente de fuerzas estadounidenses desde la Guerra del Golfo de 1991.
Pero otros se centran en lo que podría venir después.
Posiblidades de otro ataque
Funcionarios de la inteligencia estadounidense, citados por el diario "The Washington Post", dijeron el martes a miembros del congreso que era altamente probable que activistas vinculados a Bin Laden intenten otro importante ataque contra objetivos de Estados Unidos en el país o en el extranjero en un cercano futuro.
Un funcionario, citado por el Post, dijo que había "un ciento por ciento de probabilidades" de un ataque en caso de que Estados Unidos lance una acción militar contra Afganistán por negarse a entregar a Bin Laden.
Rumsfeld dijo que había pistas sobre el paradero de Bin Laden, aunque se desconocía con exactitud su ubicación.
"Lo más importante es ver que pongamos suficiente presión contra los terroristas y contra la gente que lo protege mediante una variedad de mecanismos durante un periodo sostenido", dijo, agregando que las armas convencionales no serán el factor determinante en la guerra contra el terrorismo.
Al mismo tiempo, las calles de la capital de Afganistán, Kabul, permanecían desiertas el viernes mientras los residentes se preparaban para sus oraciones, lejos de las frenéticas maniobras militares y diplomáticas.
"Estamos dispuestos a enjuiciarlo si Estados Unidos suministra pruebas sólidas de la implicación de Osama bin Laden en los ataques de Nueva York y Washington", dijo el embajador de Talibán en Pakistán, Mullah Abdul Salam Zaeef.
Cuando se le preguntó si sería posible que Bin Laden sea sometido a juicio en otro país, el embajador dijo "Estamos dispuestos a discutir eso, pero primero deben darnos las pruebas".
Movimientos militares
Fuerzas estadounidenses y británicas de tierra, mar y aire completaron sus movimientos logísticos en el Golfo, Asia Central y el Océano Indico. Decenas de miles de refugiados afganos se desplazaban hacia las fronteras con Irán y Pakistán, dijeron funcionarios de las Naciones Unidas.
En su esfuerzo por obtener el respaldo de los estados árabes a la guerra contra el terrorismo, Rumsfeld sostuvo conversaciones con el sultán Qaboos de Omán y con el presidente egipcio Hosni Mubarak antes de viajar a Uzbekistán.
Blair, llevando consigo 21 páginas de documentos que prueban la participación de Bin Laden en los atentados en Estados Unidos, visitó al presidente ruso, Vladimir Putin, quien ha apoyado la campaña antiterrorista liderada por Estados Unidos.
Blair llegó el viernes a Pakistán, vecino de Afganistán, y de inmediato sostuvo una reunión con el gobernante militar, general Pervez Musharraf.