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Cerca de 30 muertos tras los ataques de EE.UU. y el Reino Unido

El embajador de esa milicia en la capital paquistaní, el "mulá" Abdul Salam Zaef, dijo que los proyectiles que alcanzaron Kabul causaron esa cifra de víctimas mortales y precisó que los ataques afectaron tanto a la parte civil como a la militar.

08 de Octubre de 2001 | 08:12 | EFE
ISLAMABAD.- Cerca de treinta personas -entre ellas mujeres y niños- murieron sólo en Kabul, tras los ataques conjuntos estadounidenses y británicos sobre lugares estratégicos en ciudades afganas que comenzaron ayer tarde, según el régimen de los Talibán.

El embajador de esa milicia en la capital paquistaní, el "mulá" Abdul Salam Zaef, dijo que los proyectiles que alcanzaron Kabul causaron esa cifra de víctimas mortales y precisó que los ataques afectaron tanto a la parte civil como a la militar.

Muchos ciudadanos que permanecían en la ciudad huyeron despavoridos por el comienzo de la operación "Libertad Duradera".

Según el relato de los testigos que llegaron a la frontera paquistaní, el caos y el miedo reinan entre los ciudadanos, que temen una nueva oleada de bombardeos con la llegada de la noche.

El toque de queda fue levantado esta mañana en Kabul tras la pasada noche de repetidos ataques con misiles de crucero y bombas guiadas de alta precisión en represalia a los talibán por no haber entregado a al principal sospechoso de los atentados de Washington y Nueva York, el disidente saudí Osama Bin Laden.

Al igual que en Kabul, también numerosos ciudadanos huyeron de la ciudad sureña de Kandahar, bastión de los talibán en la zona suroriental afgana, donde sus respectivos aeropuertos fueron blancos de los asaltos.

En Kandahar, según testigos presenciales, también fue objeto de los ataque la residencia cuartel del líder supremo de los talibán, el "mulá" Mohamed Omar.

Pero muchas ciudades afganas también fueron golpeadas en esta primera fase de la ofensiva encaminada a destruir la infraestructura militar de los talibán, sus defensas antiaéreas y los bases de entrenamiento de Osama Bin Laden.

Según Abdulá Abdulá, ministro de Asuntos Exteriores de la Alianza del Norte que combaten a los talibán y controlan el 10 por ciento del territorio afgano al norte del país, las ciudades de Jalalabad, Herat, Mazar-i-Sharif y Konduz fueron también alcanzadas por los proyectiles, igual que los campos de entrenamientos de los seguidores de Bin Laden.

Los ataques comenzaron al anochecer del domingo, un día después de que Bush dijera a los talibán que se acababa el tiempo y se atuvieran a las consecuencias si no entregaban a Bin Laden.

Los talibán afirmaron que Bin Laden y el "mulá" Mohamed Omar sobrevivieron a los bombardeos, que, según fuentes del Pentágono podrían continuar varios días más para debilitar la infraestructura militar del régimen de Kabul.

De ese modo, se facilitaría otra segunda fase de operaciones terrestres con grupos de élite reducidos para dar caza a Bin Laden.

En el comienzo de la primera fase, que no tenía por objeto matar a Bin Laden, EEUU ya hizo uso del material más sofisticado de guerra al atacar sus objetivos con misiles de crucero Tomahawk y bombas guiadas de alta precisión lanzadas desde 15 bombarderos y 25 cazabombarderos, barcos y submarinos.

Pero los talibán, con escaso y obsoleto material militar, al mando de una sociedad feudal, reaccionaron a la ofensiva militar de la nación más poderosa del mundo asegurando que estos ataques no les iban a intimidar y que lucharían hasta dar la última gota de sangre.

"Nuestras fuerzas están listas para una represalia", declaró a la prensa Maulvi Nayibulá, cónsul de los talibán en la ciudad occidental paquistaní de Peshawar, poco después del comienzo de los bombardeos.

El embajador de los talibán en la capital paquistaní calificó el ataque de "acto terrorista", mientras el "mulá" Omar llamó a la guerra santa contra EEUU, como rezaba una resolución aprobada hace dos semanas por los teólogos afganos que también recomendaron al régimen de Kabul instar a Bin Laden que abandonara voluntariamente el país.

Los talibán insistieron que no entregarán a Bin Laden sin tener pruebas de su culpabilidad en los atentados contra EEUU y recientemente afirmaron que, de tenerlas, podría ser juzgado en Afganistán por un tribunal islámico pero descartaron entregarle.
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