WASHINGTON.- Para mantener unida una coalición de naciones musulmanas en su guerra contra el terrorismo, Estados Unidos enfrenta aún más dificultades que en la Guerra del Golfo Pérsico, debido a un mayor sentimiento antinorteamericano en Oriente Medio y los temores sobre una invasión contra esos países.
Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, atribuidos a Osama bin Laden, el gobierno del Presidente George W. Bush ha obtenido manifestaciones de apoyo y ayuda militar de sus aliados tradicionales, como Egipto, y de recientes, como Pakistán.
Sin embargo, resulta cada vez más claro que la coalición mundial contra el terrorismo es "mucho menos sólida de lo que querríamos y esperaríamos", dijo Ivo Daalder, del Instituto Brookings.
"En teoría, al menos, mientras más lejos vaya uno, más difícil resulta" mantener junta la coalición, dijo el subsecretario de Estado Richard Armitage el jueves.
En particular, algunas naciones están cada vez más recelosas de una acción militar prolongada de Estados Unidos contra bin Laden dentro de Afganistán. Están también preocupadas de que Estados Unidos ataque a los terroristas en otras naciones musulmanas o árabes y cause una repercusión antinorteamericana.
Bush habló de esa actitud entre los miembros musulmanes de la coalición, la noche del jueves, en una conferencia de prensa.
"Algunos miembros de la coalición se sentirán más cómodos que otros haciendo ciertas cosas", dijo. "Aceptaremos cualquier ayuda que un gobierno pueda aportar con comodidad. Y no trataremos de forzar a los gobiernos a hacer algo que no puedan".
El Presidente paquistaní, por ejemplo, insiste ante sus compatriotas en que la campaña estadounidense durará sólo unos cuantos días, incluso cuando Bush ha descartado eso.
Pakistán está permitiendo que los estadounidenses hagan cierto uso de sus bases aéreas, pero en zonas remotas para evitar las protestas. El secretario de Estado Colin Powell tiene previsto visitar Pakistán a principios de la semana próxima.
Los cancilleres de las naciones musulmanas, reunidos en Katar esta semana, rechazaron la idea de "atacar a cualquier estado islámico o árabe con el pretexto de combatir el terrorismo".