KIEV.- El ministro ucraniano de Defensa, Olexander Kuzmuk, reconoció el sábado la responsabilidad de sus fuerzas armadas en la explosión en vuelo, el 4 de octubre, de un avión ruso Tupolev 154, en el que murieron 76 personas, en su mayoría israelíes, y presentó sus excusas a las familias de las víctimas.
"Sabemos que estamos implicados" en la catástrofe del Tupolev 154, atribuida por la comisión de investigación a un misil tierra-aire, declaró el ministro ucraniano de Defensa.
"Presento mis excusas a los allegados y a las familias de las personas que murieron de forma trágica en esta catástrofe, así como al Presidente de Ucrania (Leonid Kutchma), al Gobierno, al Parlamento y al pueblo ucranianos, por haber causado problemas a la autoridad de nuestro Estado", prosiguió.
El avión, que cumplía el trayecto entre Tel Aviv y Novossibirsk, explotó en pleno vuelo sobre el Mar Negro, a menos de 300 km de las costas de Crimea (sur de Ucrania), donde la defensa antiaérea ucraniana estaba realizando ejercicios de tiro.
"Como jefe supremo de la defensa antiaérea, no rechazo la responsabilidad moral ni jurídica de las consecuencias de esta catástrofe", añadió Kuzmuk. "Nuestra tarea es hacer que nunca se repita algo así".
Por ahora sólo se han recuperado 14 cadáveres, y los restos de una decimoquinta persona.
El viernes, la comisión de investigación rusa indicó que un misil tierra-aire había sido el causante del drama, aunque no precisó si se trataba de un misil ucraniano.
El ministerio ucraniano de Defensa admitió por vez primera a principios de esta semana que un disparo accidental de su defensa antiaérea podría ser el causante de la pérdida del Tupolev, tras haber desmentido durante varios días toda responsabilidad en el asunto.
"Nunca intentamos mentir. Hay veces en que uno no llega a creer lo que ve con sus propios ojos", comentó el sábado Kuzmuk, quien subrayó que las investigaciones deben continuar hasta saber cómo la defensa antiaérea ucraniana pudo perder el control de un misil.
Actualmente se están examinando en Rusia los restos del avión, que tienen huellas del impacto, y bolas de acero provenientes del misil.
Tanto Kuzmuk como el comandante de la defensa antiaérea ucraniana, Volodimir Tkatchov, aseguraron haber ofrecido su dimisión al Presidente Kutchma, que el jueves advirtió que "si la culpabilidad (de los militares ucranianos) se confirma (...), alguien deberá responder por ello".
El Partido Comunista de Ucrania pidió la destitución inmediata del ministro de Defensa, que ya fue muy criticado el año pasado cuando otro misil causó tres muertos y destruyó un edificio cerca de Kiev.
Pese a que Kuzmuk declaró el sábado "que no estamos perdiendo el control de las Fuerzas Armadas", los analistas militares Leonid Poliakov y Valentin Badrak coinciden en señalar que Ucrania no tiene dinero para modernizar su armamento, en su mayor parte de la época soviética.
El misil en cuestión en aquella ocasión era de 1979 y casi había alcanzado la fecha de caducidad.